Nutricionalmente el zinc es un oligoelemento indispensable en la dieta diaria, que se encuentra en segundo lugar después del hierro. Podemos encontrarlo, bajo condiciones normales, en nuestro organismo, concentrado principalmente en huesos, testÃculos, músculos, dientes, cabello y piel, en una cantidad que oscila entre 2 y 3 gramos.
El zinc es un elemento que tiene un papel sumamente importante en una gran cantidad de procesos del organismo, su consumo es un aliado en la prevención y curación de diversas enfermedades como gripes y resfrÃos, ya que estimula el sistema inmunológico, sobre todo en la época invernal donde los virus se diseminan con mayor fuerza.
En un proceso gripal, el organismo debe hacer uso de todas las reservas que posee y en ese momento el zinc tiene un importante papel, porque ayuda a mantener en alto las defensas naturales.
Por otra parte, el zinc cumple una función importante en el funcionamiento de diversas enzimas que forman parte de distintos procesos del metabolismo, como también en lo que respecta a la división celular y a la correcta cicatrización de las heridas. Teniendo un papel sustancial en el funcionamiento de los órganos de reproducción, agudeza del olfato y el gusto.
Las más importantes fuentes de Zinc se encuentran en la carne de res, el hÃgado, las ostras, el huevo, las partes más oscuras del pollo y todos los crustáceos. Siendo que los requerimientos diarios varÃan en relación a sexo, edad, salud, embarazo y lactancia.
Nuestro organismo consume mayor cantidad de zinc de lo habitual cuando se encuentra atravesando una enfermedad o también con posterioridad a una operación, ya que el zin es utilizado para un correcto funcionamiento del sistema inmunológico y la curación de las heridas.
Por otra parte entre 2 y 3 mg. de zinc se pierden a diario a través de la transpiración, razón por la cual es fundamental reponerlo cuando las temperaturas son elevadas o cuando se practica ejercicio.
Además, solamente el 10% del contenido de zinc en el organismo se encuentra disponible para su uso, esencialmente en la sangre y el resto se almacena en los huesos y músculos por ello el cuerpo no puede disponer de él de manera rápida. Por esta razón es que se necesita una ingesta de forma regular para lograr mantener el nivel adecuado de zinc en la sangre.
Asimismo, las mujeres embarazadas o en época de lactancia, precisan cantidades adicionales de zinc para cubrir las necesidades propias y las del bebé, como también los ancianos, adolescentes y niños que tienen una capacidad más reducida de incorporar el zinc a sus dietas o de absorberlo correctamente, ya que muchas veces sus elecciones de comidas no son ricas en este elemento.
Si necesitamos incorporar mayor cantidad de zinc del que nos brindan los alimentos que consumimos, podemos recurrir a los suplementos dietarios. Sin embargo, es conveniente que éstos sean sugeridos por un médico, ya que necesitaremos conocer la cantidad diaria que nuestro organismo necesita.
De todas formas, es importante dar una mirada a nuestra dieta diaria para corroborar si en ella se encuentran los alimentos que nos proveen de la cantidad de zinc que necesitamos a diario y de no ser asà incorporarlos de inmediato.