Desde su creación, el zapato clásico Dr. Martens de ocho agujeros ha sido, a través de todo el mundo, el modelo emblemático de los movimientos punk, skinhead y el de los rebeldes de la clase obrera. Gracias a una concepción técnica que garantiza a cada zapato resistencia, y confort, Dr. Martens se ha labrado una reputación de calidad sin igual.
Hoy en dÃa, la marca ha conservado los modelos que hicieron su éxito, pero insuflándoles un toque de frescura y modernidad gracias al añadido de suelas de color, materiales de tela vaquera suave, colores intensos y estampados atrevidos.
La historia de la marca
La historia de Dr. Martens se remonta a finales de los años 50, y como personajes principales un doctor alemán, Klaus Maertens y un industrial británico, Bill Griggs, especializado en el calzado utilitario. El primero inventó la primera suela de cojÃn de aire. El segundo democratizó el procedimiento. De esta curiosa alianza iba a nacer el 1 de abril de 1960 un zapato mÃtico, que lo sigue siendo actualmente.
El fenómeno Dr. Martens iba a propagarse a una velocidad única en su género. Sin la menor campaña publicitaria, Dr. Martens iba a convertirse en una «marca», en el sentido primero del término y marcar con su sello generación tras generación.
Dr. Martens estaba en un principio destinado a conquistar el mercado de los zapatos industriales. Pero las calidades intrÃnsecas al producto (diseño, confort, robustez) y su origen proletario, iban finalmente a condicionar la marca para convertirse en un sÃmbolo de identidad. Diferentes subculturas británicas iban a hacer de Dr. Martens uno de los componentes esenciales de su estilo en el vestir, como los punks o los skins.
Todos estos núcleos contestatarios estaban bañados por diferentes influencias musicales. Sus lÃderes iban a convertirse en embajadores de la marca a través del mundo. Paralelamente, los servicios públicos británicos, asà como los escolares en uniforme, también podÃan llevar los Dr. Martens, pero probablemente en una óptica diferente. Dr. Martens ha quedado durante muchos años como un fabricante de zapatos, perfecto espectador de una apropiación de sus productos por diferentes tipos de consumidores. Se ha convertido asà en un sÃmbolo de la cultura británica, capaz de clasicismo y de excentricidad.