Una postura adecuada y una buena respiración aumentan de forma importante los beneficios para aquellos que practican yoga. Así, la respiración correcta “pranayama” combinada con determinadas posturas físicas “asanas” y con el complemento de movimientos sutiles y largos para favorecer el equilibrio de la mente y el cuerpo suman beneficios progresivamente en la práctica de Yoga.
En el caso de los asanas aumentan el flujo sanguíneo a ciertos órganos y glándulas brindando un confort al cuerpo y de allí que no se permite que éste pueda perturbar a la mente
Según Estella Lanantuoni, autora de “Yoga para toda la vida”, la función de las asanas se traducen en ejercicios físicos pero no tienen relación con la gimnasia ya que cuando de realiza un asana se trabaja de forma simultánea sobre músculos, huesos, circulación linfática y sanguínea siempre bajo parámetros de armonía y bienestar.
Por otra parte, si existe algo que caracteriza la práctica de yoga es la concentración y los estados de meditación que benefician tanto la mente como el cuerpo brindando la posibilidad de desconectarse de los propios pensamientos por un instante y permitiendo que la mente se relaje.
Para aquellos a quienes les resulta difícil dejar la mente en blanco y los pensamientos a un lado existen técnicas que ayudan a lograrlo entre ellas el enfocarse en el control de la respiración o también los mantras que permiten además realizar mejor las posturas.
Según los expertos en Yoga la meditación es esencial para aumentar la materia gris en una zona del cerebro que se asocia con el aprendizaje, algo que se ha logrado determinar a través de estudios realizados que han llegado a la conclusión que meditar como mínimo media hora por día ayuda a mejorar la memoria y también el aprendizaje disminuyendo los niveles de tensión y ansiedad manteniendo el estrés en un nivel bajo.
Según las investigaciones y estudios realizados en los últimos diez años los efectos de la meditación sobre el cerebro son excelentes como también lo son a nivel cardíaco, sistema inmune, siendo un camino para combatir el dolor y hasta el insomnio.
Algunos de estos extremos han sido demostrados por estudios como el realizado por
Bruce O’Hara, un biólogo de la Universidad de Kentucky que sometió en el año 2008 a una serie de voluntarios a varias pruebas de agilidad mental antes y después de dormir, meditar, leer y conversar y la conclusión fue que al meditar mejoraron en un 10% la puntuación que se les asignaba, mientras que aquellos que no lograban tal agilidad mental obteniendo puntuaciones bajas.
En países como Estados Unidos se ha implementado en muchas empresas una oferta a sus empleados que les permite acceder a clases de meditación y los resultados han sido excelentes ya que quienes lo hacen tienen una mejor concentración, mayor productividad y menos estrés.
Asimismo, meditar tiene un gran efecto analgésico según un estudio publicado en 2012 en la revista Pain que concluyó que practicar tres días consecutivos de meditación durante unos veinte minutos alivia la sensación de cualquier dolor durante el resto del día.
Yoga y meditación se encuentran unidos y han demostrado que sus beneficios para la salud y el bienestar de quienes practican estas disciplinas son muchos, de allí la importancia de plantearse comenzar su práctica de forma gradual para una mejor calidad de vida y el bienestar tan ansiado.