Unos investigadores de las escuelas politécnicas federales de Zurich y Lausana han desarrollado un guante ultrafino y ligero destinado a las aplicaciones de la realidad virtual. Estos guantes permiten sentir y manipular objetos en los mundos virtuales gracias a efectos hápticos muy realistas.
Con libertad total de movimientos, el sentido del tacto es el otro gran desafío técnico que la realidad virtual tiene todavía que perfeccionar hasta convertirse en una interfaz realmente útil, bien para actividades exclusivas para el gran público como para profesionales. Los sistemas de guantes ultrafinos son una solución que se investiga desde hace varios años, pero los aparatos son demasiado grandes y complejos, y no producen forzosamente un sentido del tacto muy afinado.
Probablemente las cosas van a cambiar gracias a las investigaciones de las escuelas politécnicas federales de Zurich y Lausana, en Suiza, donde sus investigaciones han desarrollado un guante fino y muy ligero que ofrece un efecto extremadamente realista. El guante, llamado DextrES tan solo tiene 2 mm de grosor y pesa 8 gramos por dedo. Por lo tanto es capaz de producir una fuerza de retención de 40 Newtons sobre cada dedo.
Funcionamiento con batería
El guante está confeccionado con nailon sobre el que se insertan unas láminas de metal elástico, por encima de cada dedo. Un aislante eléctrico separa las láminas que acompañan cada movimiento. Cuando el usuario agarra un objeto virtual, una tensión se envía al aislante para provocar una atracción electrostática que pega las láminas y de esta forma traba el movimiento de los dedos. Cuando la persona suelta el objeto virtual, la tensión se interrumpe y libera los dedos.
Otro de los puntos importantes a destacar es que el guante es muy económico a nivel energético puesto que solo utiliza una tensión de 200 voltios, y solo algunos milivatios de potencia. Los investigadores piensan que podría funcionar con una pequeña batería, ofreciendo una libertad de movimiento, inédita, para un sistema háptico. Un guante de este tipo sería una pequeña revolución en los videojuegos de realidad virtual.
Algunos se atreven incluso a aplicarlo en la formación de cirujanos puesto que además se podría utilizar como tejido conductor para poder reproducir el sistema sobre otras partes del cuerpo.
La realidad virtual y la empatía
Ya se ha utilizado la realidad virtual para crear experiencias inmersivas que ayuden a superar ciertas fobias como volar en avión, miedo a las arañas, o al vacío. Pero esta tecnología podría igualmente transformarnos para hacernos mejores personas.
Un grupo de investigadores de la Universidad de Stanford ha realizado un estudio sobre cómo una experiencia de realidad virtual puede estimular positivamente la empatía. Para ello han creado una aplicación de realidad virtual llamada “Becoming Homeless” que sumerge a la persona en la vida cotidiana de alguien que ha perdido su trabajo y poco a poco se siente excluido socialmente y termina por vivir en la calle.
Para comprender el impacto que esta experiencia inmersiva podría tener sobre el sentimiento de empatía, el equipo de Stanford ha realizado un estudio con 560 participantes con edades comprendidas entre los 15 y los 88 años.
El resultado es que los investigadores han constatado que los participantes que vivieron la experiencia de realidad virtual reproducían con mayor facilidad actitudes positivas duraderas hacia las personas excluidas de la sociedad. Muchos estudios han demostrado que la empatía no solamente es un rasgo del carácter, es algo sobre lo que se puede trabajar y que se puede intensificar o modular en diferentes situaciones.