Los principales responsables de los dientes amarillos y manchados son el té, el café, el cigarro, ciertos medicamentos y nuestro enemigo invencible de siempre, el tiempo.
En nuestra época en la que el aspecto externo prima sobre el resto, y donde la primera sonrisa es el anuncio de una victoria o de un fracaso, y en las que los dientes con mal color (amarillentos) pueden traicionarnos a la mÃnima, es normal y está justificado que nos preocupemos por el color de nuestros dientes.
No hay que tener vergüenza por mostrar unos bonitos dientes y de un blanco deslumbrante. Los eternos escépticos y dubitativos nos preguntarán por qué, y les responderemos que por qué no. Son bonitos, está bien, y nos posibilitan triunfar. Además, existen dos formas de blanquear los dientes: una forma es haciéndolo en casa, o dejarse hacer por un profesional, pero eso depende de los medios de cada persona.
DentÃfrico blanqueador
En la categorÃa «sÃrvase usted mismo», lo más sencillo serÃa recurrir a los dentÃfricos blanqueadores. Habrá que aprender a ser pacientes, el resultado no se ve enseguida, y tampoco es espectacular, una o dos tonalidades de blanco en el mejor de los casos, pero sólo nos costará lo que vale el tubo de dentÃfrico, es decir unos 5 a 10 euros, más el suplemento adicional de tener que cepillarlos tres veces al dÃa.
Después están los kits de blanqueo, que se venden en grandes superficies o en farmacias, cuyo precio varÃa entre los 50 y 70 euros, en función de la marca. Estos kits comprenden un molde dental, unas bandas blanqueadoras, un gel con agentes blanqueadores a base de peróxido de carbamida, y un enjuague bucal. Se puede obtener entre 5 y 10 tonalidades en unos diez dÃas.
El hombre bleaching
Si optáis por la solución profesional, está el dentista que os prescribirá un «home bleaching» traducción «blanqueo en casa». Tomando vuestra huella dental, el profesional realiza un molde sobre el que se aplica un gel a base de peróxido de carbamida o de hidrógeno para blanquear los dientes entre 5 y 10 tonos en pocos dÃas de tratamiento. La consulta y el tratamiento suele costar entre 300 y 700 euros.