Sea cual sea el deporte que se practique, cualquier programa de entrenamiento deportivo exige que se constituya en función de una estructura adaptada a vuestros objetivos.
Si ciertas partes del entrenamiento deportivo son comunes a la mayorÃa de los deportistas (preparación fÃsica general, estiramientos), el cuerpo de la sesión debe variar en función de los resultados buscados. El entrenamiento debe estar basado en las competencias precisas basadas en los conocimientos teóricos.
Bases fisiológicas del deporte
A la hora de realizar un ejercicio fÃsico, se solicitan tres vÃas metabólicas: la anaerobia aláctica, la anaerobia láctica, y la aerobia. En función del esfuerzo una de estas tres vÃas está más solicitada que las otras. La anaerobia aláctica es caracterÃstica de un ejercicio tipo «sprint», donde se consume poco oxÃgeno y el organismo no tiene tiempo de producir ácido láctico.
La anaerobia láctica se caracteriza por un esfuerzo de tipo «semi de fondo», rápido y con el que se consume poco oxÃgeno. Sin embargo, el esfuerzo es mayor que en el caso anterior, la falta de oxÃgeno es responsable de la producción de ácido láctico. Finalmente, la aerobia se caracteriza por un esfuerzo de tipo «fondo», donde el consumo de oxÃgeno es importante.
Un programa de entrenamiento deportivo
La progresión en un tipo de metabolismo que conlleva una regresión de los resultados sobre los demás. Si queremos entrenarnos para esprintar, habrá que dar prioridad al trabajo corto, intenso y rápido, entrecortado con largos perÃodos de recuperación (para no entrar en láctico).
El calentamiento a base de footing es esencial, pero no debe ser muy largo. Se aconseja favorecer un desarrollo muscular en paralelo. En semi-fondo, el calentamiento es más prolongado que en el sprint. Las distancias de entrenamiento son más largas, menos intensas y menos espaciadas. El entrenamiento para un ejercicio de fondo requiere un calentamiento más prolongado, asà como practicar sobre un terreno lo más parecido a la pista de competición.