Uno de los principales miedos y pánicos veraniegos son los diferentes peligros que tienen las playas para poder darse un chapuzón de forma tranquila y sin ningún tipo de peligro. No es algo trivial, cada verano vemos por los telediarios la muerte de alguna persona en una piscina o en la playa.
Hay que pensar que las playas son sitios públicos, y además, no hay ningún control sobre las aguas. Esto quiere decir que dentro podemos encontrarnos con cualquier cosa, en el sentido de corrientes marinas internas y animales de todo tipo que pueden también suponer un peligro, y por supuesto y quizá decisivo: cambios de profundidad que pueden volvernos algo locos.
Por ello, a continuación os propongo una serie de tips que pueden ser muy útiles a la hora de ordenar tanto vuestro baño como la estancia en la propia arena, vamos a ello:
- Vigila donde dejas tus cosas: es importante poder localizarlas des del agua, asà no suponen una cuestión de intranquilidad y podremos disfrutar correctamente del agua.
- No entrar de golpe: sé que no hay nada mejor que entrar de cabeza al agua, pero aquà la profundidad puede cambiar, hay que vigilar con ello.
- No nades muy lejos solo: las cosas que pueden suceder son varias, empezando por un tirón o un cambio de corriente, nada con más gente y será más divertido.
- Haz caso de la bandera: aunque sea un fastidio, muchas veces aunque el agua esté calmada, la bandera roja hace referencia a algún elemento como las medusas, haz caso a los que entienden.
- En caso de emergencia: calma. No hay nada peor que ponerse nervioso o poner nervioso al otro en una situación de emergencia.
- La digestión: esa gran amiga nuestra. Ten en cuenta que debe pasar un tiempo prudencial antes del baño después de comer.
- Algas y rocas: hay que vigilar sobradamente sobre las posibles rocas y algas que hayan por la zona, podemos tener un buen susto por ellas.