Las terapias energéticas son utilizadas con el propósito de devolver el equilibrio a los denominados Chakras, puntos de energía que se encuentran ubicados en el cuerpo y que son la fiel representación de aquello que nos sucede tanto a nivel físico, como emocional y psicológico.
Tratamientos realizados por medio de cuencos de cuarzo o acupuntura son métodos antiguos que en la actualidad han recobrado su fuerza debido a los trastornos y enfermedades que son comunes a quienes vivimos en este siglo.
Una mala calidad de vida, hábitos poco saludables sumados a una alimentación desequilibrada y una escasa actividad física van deteriorando nuestro organismo y perturbando además aquellos campos más sutiles del organismo.
Con todo esto nuestra energía también se ve afectada y esto provoca problemas de salud que no siempre se relacionan con el sentirse bien o mal físicamente sino que afectan la parte mental y social desequilibrándolas.
Es por esa razón, quienes ponen en práctica estas terapias hablan de los chakras, cuyo significado es “la rueda” y que fue utilizado desde la antigüedad en oriente para nombrar a los centros energéticos que posee el cuerpo humano.
Se reconocen siete centros energéticos o chakras principales y otros varios secundarios que según se afirma corresponden a los puntos utilizamos en acupuntura.
Estos chakras son centros de energía a través de los cuales ésta fluye y representan de forma directa nuestra salud física, psíquica y emocional, representando así nuestra propia conciencia.
Los siete chakras principales se encuentran ubicados a lo largo de la columna vertebral y van desde el número uno denominado como «raíz» hasta el número siete «corona».
Existen diversas maneras de armonizar los chakras como el reiki, los cuencos, la meditación, el yoga, la acupuntura y la terapia floral entre otros. Cada chakra se encuentra identificado por un color que es específico establecido a causa de su frecuencia de vibración.
Así, cada color tiene una “frecuencia vibratoria” y actúa vibrando en una frecuencia en particular que se relaciona con el color asignado.
De esta forma el primero (base, raíz) corresponde al color rojo, el segundo (sacro) al color naranja, el tercero (plexo solar) al amarillo, el cuarto (cardiaco) al verde, el quinto (laríngeo) al azul, el sexto (frente, “tercer ojo”) al color índigo y el séptimo (corona) al color violeta.
A través de estos centros o chakras la energía fluye y cuando por alguna razón esta vibración cambia es sinónimo de una carencia de armonía trayendo como consecuencia un funcionamiento más lento de la función afectada como la de los órganos que reciben su energía.
En el punto donde se encuentra cada chakra se ubica una glándula específica que cumple a su vez una función en especial ya sea librar hormonas, estados de ánimo, procesos metabólicos entre otros y todo esto se relaciona en forma directa con el centro de energía que le corresponde.
Cuando un chakra se desequilibra habrá que trabajar de forma especial a través de una terapia para volverlo a su estado de armonía.
El uso de terapias como la de los cuencos de cuarzo es una de ellas. Utilizando vasijas de este material que se hacen resonar en cada chakra a una determinada frecuencia logran sanar el centro energético afectado.
La resonancia hace vibrar la materia y cada cuenco pertenece a una nota musical determinada, la que coincide con uno de los centros de energía a los cuales se quiere llegar mediante la sanación.
De esto se desprende que el chakra 1, base corresponde al Do; chakra 2 Re ; chakra 3 Mi; chakra 4 Fa; chakra 5 Sol; chakra 6 La y por último el chakra 7 corresponde a la nota musical Si.
La terapia con cuencos consiste en realizar en una primera etapa un “escaneo completo” para así determinar el desequilibrio que padece el paciente y su origen para luego sí proceder al tratamiento específico.
La acupuntura, otro de los métodos utilizados para armonización energética, se basa en la teoría que dice que los chacras son una parte importante en su nacimiento y por ello muchos de los puntos utilizados en esta antigua técnica china son iguales a los llamados centros energéticos denominados como “vedas” en la antigüedad.
Toda la energía que circula por nuestro cuerpo tiene un origen en común y el problema de las energías desarmonizadas es el centro de todas las enfermedades.
Asimismo, muchos de los chakras secundarios se corresponden con las líneas de energía de la acupuntura y ésta actúa con agujas, con un método de tonificación y dispersión.
Cuando existen enfermedades más sutiles que no requieren de tratamiento farmacológico, podemos mejorarnos solos sin necesidad de ayuda ya que tenemos el poder interior de abrir o cerrar nuestros chakras y movilizar nuestra propia energía recargando nuestra “batería” interna.
Por ello, la idea de estas terapias es complementar los tratamientos médicos y no establecerse como la única solución para la recuperación de enfermedades, siendo importante conocerlas e incluirlas como algo positivo para nuestra vida.