¿Te gustaría vivir 128 años? Pues si tu respuesta es “no” estás en problemas pues todo indica que en un futuro distante o no podremos superar el siglo de vida.
Al principio los principales laboratorios cosméticos centraron todos sus esfuerzos en la prevención del envejecimiento.
Hoy la situación es distinta: la tendencia son los productos que detienen ese proceso o bien que prometen revertirlo.
Estas nuevas cremas son parte de los tratamientos de belleza avanzada, centrados en estimular el sistema biológico y defender el ADN de las células. Son terapias con hormona del crecimiento, algo que todavía “no tiene estudios serios que lo avalen”, según Andrea Sepúlveda, endocrinóloga de la clínica Santa María.
Sus principales promesas son: más músculos, menos grasa, disminución de las arrugas, aumento de la energía, fin de la celulitis, devolver el pelo a su color original, etc. Sin embargo, podría provocar diabetes, hipotiroidismo, cefaleas, náuseas e, incluso, el desarrollo de tumores.
Madonna es una de las famosas que supuestamente está bajo este tratamiento. No obstante, también existen casos de uso de esta hormona en el fisicoculturismo lo que provoca que muchos deportistas tengan abdomen hinchado por el crecimiento de intestinos y otros órganos.
Para muchos esto es una caja de Pandora, algo tan prometedor como polémico que podría desatar la miseria de quien se atreva a abrirla. ¿Te gustaría vivir tanto?
No obstante, estos tratamientos apuntan a la parte estética de nuestros cuerpos. Pero, me pregunto ¿Qué pasa con nuestro interior, o sea, con nuestros órganos internos? ¿Están preparados para vivir más de un siglo sometiéndose a terapias contra naturales?.