El Tae-kwon-Do, es un arte marcial de orígen coreana que a semejanza de otras artes japonesas o chinas, se encuentra orientada a cultivar tanto la parte física como espiritual en la búsqueda de la superación individual.
Si esta arte se comienza a practicar desde niños, las ventajas serán enormes y cuando hablamos de niños, nos referimos a partir de los 5 años cumplidos por que antes de eso, no es posible hacer un trabajo disciplinario, por falta de concentración y una marcada tendencia a los juegos.
Ya partir de esa edad se puede comenzar a hacer un trabajo con la aplicación de un método repetitivo, que llevará a la automaticidad de las técnicas.
Otro aspecto a ser considerado es el espiritual, donde se asentarán los preceptos filosóficos del arte.
Entender los fundamentos es prioritario, porque a partir de ahí se forjará la personalidad del atleta con los preceptos y fundamentos que modelarán ese individuo.
Si bien todas las artes marciales, tienen una base filosófica que podríamos considerar similar, en el caso del Tae-Kwon-Do, debemos resaltar algunas características diferenciales.
- Es un arte marcial de combate a distancia, con gran uso del equilibrio y esto que parece no decir nada a simple vista, tiene un gran significado en lo que se refiere a entrenamiento.
- Distancia, implica el desarrollo de aptitudes en como tomarla, y el punto de oportunidad de cómo entrar y salir del oponente, enfatizando la decisión de la estrategia, principalmente en lo que se llaman técnicas combinadas.
- Si un niño tiene una “base dinámica” y no está “plantado” permanentemente estará alargando y acortando distancia, y como eso sólo se logra con mucho entrenamiento, principalmente cuando se trata de contra golpeadores, cuanto antes el niño comience a practicar Tae-Kwon-Do mayor será su coordinación motora y su facilidad en obtener los mejores resultados.
- El equilibrio, que debe mantener sobre un pié, disminuyendo la base, hace que transfiera el peso de su cuerpo hacia atrás, usando la otra pierna como ataque y defensa.
Debe quedar claro con estos conceptos técnicos, es que si un niño de 6 años en adelante comienza a entrenar, logrará un dominio de su coordinación motora, imposible de adquirir si se inicia en edad adulta.
En cuanto a la formación del temperamente del niño, es notable la manera como el Tae-Kwon-Do puede modelar la personalidad y generar desde los primeros años de vida una plenitud espiritual que es una mezcla entre auto-confianza y la humildad de saber que cuenta con recursos que lo hacen grande sin necesidad de demostrarlo.