La influenza es una enfermedad que cada año mata unas 36.000 personas siendo en su mayoría niños y ancianos. Según un estudio realizado por Consumer Reports el 50% de las personas ha probado en la actualidad diversidad de sustancias y productos para combatir la dolencia, siendo los más elegidos los suplementos con vitamina D y las llamadas multivitaminas.
Los suplementos para prevenir la influenza son productos muy costosos y según una encuesta nacional sobre el uso de éstos, los que han demostrado ser más eficaces son los que producen las primeras marcas del mercado en tanto que los suplementos “elderberry” y “N-acetyl cysteine” fueron clasificados por Consumer Reports Salud (CRS) como posiblemente efectivos para combatir los síntomas de la influenza.
Estas evaluaciones realizadas a los suplementos por CRS tienen como punto de partida la Base de Datos global de Medicinas Naturales, un resumen elaborado por investigadores que lo que hacen es evaluar tanto la evidencia de seguridad como de efectividad de los suplementos nutricionales.
Asimismo y según datos dados a conocer por el Consumer Reports tanto el uso de vitaminas como de otros productos para combatir la influenza posee un gran mercado de consumidores ya que el 40% de los americanos toma vitamina C y multivitaminas y el 22% ingiere con regularidad zinc, un 17% toma combinaciones de hierbas, un 13% toma remedios de tipo homeopáticos y un 17% toma ajo.
Existiendo una tendencia a probar cualquier tipo de suplemento que prometa combatir la influenza o evitar sus síntomas.
Según una encuesta realizada las personas que ingieren suplementos habitualmente como aquellas no lo hacen han planificado vacunarse contra la influenza, además de utilizar medicamentos prescriptos por el médico y también aquellos que son de venta libre. Sólo un pequeño porcentaje expreso su deseo de utilizar suplementos pero no realizar tratamientos médicos tradicionales.
Por su parte los especialistas recomiendan la aplicación de la vacuna contra la influenza en toda la población y en especial a personas que se encuentren con las defensas bajas, como también niños y ancianos, mujeres embarazadas y aquellos adultos que padezcan enfermedades crónicas como el asma o la diabetes, ya que son más susceptibles al virus.
También recomiendan que los padres vacunen a sus hijos todos los años a partir de los 6 meses de edad.