La alimentación en la vida de un deportista es un pilar fundamental junto con el entrenamiento y el descanso y de allí que debe darse importancia a este punto por la repercusión que tiene en su estado físico.
Investigadores y profesionales de la salud han llegado a la conclusión que la dieta de un deportista debe cumplir exactamente los mismos principios tanto de variedad como de equilibrio que requieren aquellas personas que no llevan una vida tan activa, pero teniendo en cuenta además que deben hacerse ciertas adaptaciones para los períodos de entrenamiento más intensivo y para la época de competiciones.
También existen los suplementos nutricionales que pueden administrarse antes y después de una competencia y uno de ellos es el hierro sobre todo porque existen frecuentemente situaciones de anemia en los atletas de resistencia y sobre todo en aquellos que que participan en las competiciones de fondo.
Asimismo, el hierro es un componente esencial para el metabolismo celular y los procesos de la metabolización del hierro se regulan por las cantidades que el organismo absorbe además de sus depósitos corporales.
El hierro férrico es el que procede de los vegetales y se convierte en ferroso durante la digestión siendo absorbido en un porcentaje pequeño de allí que aquellos que son vegetarianos deben prestar especial atención a su dieta en especial a las que son muy estrictas.
Lo ideal para contar con una alta disponibilidad de hierro sería ingerir más de 90 gramos diarios de proteína animal dentro de un menú mixto que posean también alimentos de origen vegetal que aportan el “hierro no hemo” en cantidades propicias.
En el caso de los deportistas generalmente existe un déficit en hierro que se relaciona con el tipo de deporte que se practica y también con ciertos factores de tipo ambiental.
La falta de hierro puede darse por una alimentación poco equilibrada, una mala absorción, pérdida a través de diferentes procesos como la orina o el sudor y se ha comprobado que la carencia es habitual en ambientes de entrenamientos calurosos a causa del sudor, de allí que algunos profesionales recomiendan la suplementación de hierro para mantener la denominada ferritina sérica en niveles normales.