Nuestro modo de vida se acelera, y también las comidas: un café como desayuno completo, un sandwich para comer, o un pedazo de pizza por la noche viendo la tele. En definitiva la alimentación está bastante desestructurada, sin embargo, el respeto de los ritmos de las comidas es la primera regla que se debe seguir para mantener una alimentación equilibrada y un mejor control del peso corporal.
No se deben saltar las comidas, y se debe comer a una hora fija, tomándose el tiempo necesario. Estas son las claves básicas para una buena higiene de vida y una alimentación equilibrada.
Tomarse tiempo para la digestión
Comer no significa únicamente engullir alimentos. La masticación en la boca representa el primer paso de la digestión. En la boca se muelen los alimentos de la comida, se impregnan de saliva y se rompen las fibras por el trabajo dental: el estómago trabaja después de una manera más fácil.
Además, es bueno tomarse el tiempo suficiente para permitir al organismo que detecte las caracterÃsticas de cada alimento. Con la vista, el olor y el sabor de los alimentos, el cerebro envÃa mensajes nerviosos al estómago para que segregue las enzimas digestivas necesarias para la destrucción de los alimentos.
Por eso es tan importante tomarse el tiempo suficiente para comer, puesto que es la mejor forma de garantizar una buena digestión, evitando la hinchazón, los dolores gástricos y los ardores de estómago.
El sabor de los alimentos
Una buena comida produce un sentimiento agradable de saciedad, es decir un estado de no-hambre. Pero para conseguir esto, no se debe comer a toda prisa, englutiendo la comida, dejando insatisfecha la sensación de haber comido. Efectivamente, el organismo necesita tiempo para provocar la sensación de saciedad. Los primeros signos aparecen a los 20 minutos de haber empezado a comer. El cerebro detecta el aumento de la tasa de azúcar en la sangre y libera entonces la sensación de saciedad.
Daos cuenta de la cantidad de alimentos y de calorÃas que se pueden ingerir en 20 minutos, sin experimentar ningún signo de saciedad. De esta forma, para controlar eficazmente el peso corporal, basta con volver a aprender a comer lentamente, y saborear cada plato.