Sol y manchas en la piel

Las manchas en la piel constituyen uno de los principales problemas de consulta en centros estéticos y dermatológicos, algunas son producto de la exposición continuada a la luz solar pero otras tienen causas tan diversas como desarreglos hormonales, uso de medicamentos o la herencia.
En líneas generales la palabra mancha, proveniente del latín macŭla, se refiere a aquella parte de alguna cosa con distinto color del general o dominante en ella; definición que aplicada a las manchas en la piel incluye lunares, pecas, nevus, hemangiomas, queratosis, hematomas, vitiligo, léntigos solares, cloasmas y la hiperpigmentación postinflamatoria.
Nos interesaremos por aquellas que tienen sus origenes en la exposición a la radiación ultravioleta, es decir, los léntigos solares, los cloasmas y la pigmentación inflamatoria.

Léntigo solar

Conocido como manchas seniles o léntigo senil, es una mancha plana de color amarillo claro, marrón claro o marrón oscuro, su tamaño varía de 1 a 3 cm con de contornos irregulares y bien delimitados, suelen ser múltiples, crecen con lentitud y tienen tendencia a confluir.
Aparece en personas de edad avanzada, aunque ya menos porque cada vez aparecen en gente más joven, se origina por la exposición al sol durante muchos años; suele aparecer en la piel del dorso de las manos, antebrazos, cuello y cara por ser las zonas mas desprotegidas.
Tras cesar la exposición a la radiación solar pueden aclararse ligeramente, sin embargo algunos persisten indefinidamente.
Existen además otros dos tipos, el lentigo simple que aparece en la infancia y no guarda relación con la exposición solar, y, el lentigo maligno considerado una forma de melanoma.

Cloasma

También llamado melasma, el cloasma se caracteriza por el desarrollo de una pigmentación moteada o en parches que aparece de forma lenta y que desaparece con el tiempo, siendo mas habitual en las personas de piel oscura que en las de piel clara.
En lenguaje popular se le denomina máscara del embarazo por ser una afección cutánea común durante la gestación, sin embargo el cloasma puede aparecer con el uso de anticonceptivos tanto por vía oral como en inyecciones.
Aunque son las mujeres las que sufren la aparición del melasma en el noventa por ciento de los casos, afectando a la frente, mejillas y labio superior; también aparece en la piel masculina como resultado del uso de antibióticos o cosméticos con perfumes.
Esta forma de pigmentación se debe a una reacción fototóxica, debida a la absorción de la radiación ultravioleta por parte de la sustancia química presente en la colonia o perfume.
En estos casos la pigmentación es más extensa, observándose también en la cara lateral del cuello y generalmente es más evidente en un lado debido a la exposición solar mientras se conduce.
El cloasma también puede observarse en personas sanas sin que exista ningún factor desencadenante, asumiéndose que es el resultado de discretas alteraciones hormonales.
En todos los casos el sol también interviene, ya que si en los meses invernales parecen haber desaparecido, las manchas se oscurecen y vuelven a ser visibles durante los meses de buen tiempo.

Hiperpigmentación postinflamatoria

Este tipo de mancha es común en las personas de piel oscura ya que tienen melanosomas más grandes y con mas melanina que las de piel blanca; aparecen sobre una cicatriz producto de una lastimadura como un corte o un rasguño, tras una intervención quirúrgica, o luego de ciertos desórdenes de la piel como el acné. Habitualmente la pigmentación es mayor cuando la zona es expuesta a la luz del sol.
Apesar de que pueden tener las mismas causas no deben confundirse con los queloides, que consisten en crecimientos exagerados del tejido cicatricial en el sitio de una lesión cutánea.

Tratamientos para las manchas en la piel

Lo primero que debe hacerse es distinguir qué tipo de mancha ha aparecido en la piel, lo ideal es acudir a la consulta de un médico para que el diagnóstico permita encontrar el tratamiento mas adecuado.
Una vez que el dermatólogo ha establecido el tipo de mancha, diseñará un tratamiento acorde a las características de la piel del paciente (tipo de mancha, sensibilidad y coloración de la piel). El otoño y el invierno son las mejores estaciones para realizarlo ya que disminuye la intensidad de la radiación ultravioleta.
La fotoprotección está recomendada en todos los casos, se debe utilizar protectores solares o cremas hidratantes que contengan factor de protección no menor a 30, de amplio espectro (UVA y UVB), con óxido de titanio u óxido de zinc que bloquean también la luz visible que oscurece las manchas.
Esta medida preventiva no es suficiente en aquellos casos donde no se puede evitar la causa de la aparición de las manchas, como el embarazo o la menopausia, en los que se debe huir del sol lo más posible.
El tratamiento médico será diferente según el tipo de mancha diagnosticada; los léntigos o manchas solares por envejecimiento de la piel, responden bien al tratamiento del láser y no tanto a las cremas despigmentadoras, mientras que el melasma -mancha que aparece por desorden hormonal- no reacciona de forma positiva al láser y por tanto sólo puede paliarse con cremas o con un peeling.
En el caso del melasma, si la mancha es superficial puede que desaparezca de forma espontánea una vez que lo hace la causa por la que aparece, ya sea el embarazo, el consumo de píldora anticonceptiva o el uso de ciertos cosméticos.
Por otra parte, los queloides a menudo no requieren tratamiento, pero se pueden reducir de tamaño por medio de inyecciones de corticosteroides, presión externa, crioterapia, tratamientos con láser, radiación y extirpación quirúrgica, siendo el dermatólogo quien establezca cual es el procedimiento mas apropiado.

Cremas blanqueadoras o dermoaclarantes

Existen distintos tipos de estas cremas siendo las más efectivas de venta bajo receta. El despigmentante más utilizado es la hidroquinona que se utiliza en concentraciones que van del 2 al 4%, y para potenciar su efecto muchas veces se indica asociada a tretinoína o al ácido glicólico, siempre teniendo en cuenta la tolerancia de la piel del paciente.
Otros medicamentos que suelen ser útiles son el ácido azelaico, que sirve además para prevenir las manchas del acné; el ácido kójico y la vitamina C.
El ácido mandélico, derivado de la almendra; y el ácido fítico, derivado de las semilla de cereales, se recomiendan como alternativas para aquellas pieles sensibles a la hidroquinona y a otras terapias blanqueadoras.
El peeling químico puede ser utilizado para ayudar a aclarar las manchas pero es recomendado sólo en pieles claras y en el contexto de un programa dermoaclarante. Los más utilizados son los ácidos glicólico, mandélico, láctico y salicílico.

Como prevenir las manchas en la piel

Bien sea que ya se tengan o se desee evitar su aparición, las siguientes sugerencias constituyen las mejores medidas para evitar las manchas en la piel producidas por la exposición al sol.
– Como se dijo antes, es fundamental el uso de protectores solares o cremas hidratantes con un factor de protección superior a 30 y de amplio espectro, no solo cuando vamos a la playa si no cada vez que nos expongamos al sol, especialmente durante el verano y el invierno.
– Evitar combinar el consumo de antibióticos con el uso de rayos UVA o con la toma prolongada de sol.
– No aplicar perfumes en zonas expuestas como la cara o el cuello, ya que su contacto con la luz solar puede provocar una pigmentación no deseada.
– Cualquier maquillaje y cosmético hidratante o de limpieza que irrite debe suspenderse ya que empeorará las manchas.
– Finalmente hay que señalar que se debe evitar en todo momento la automedicación, cualquier mancha debe ser examinada por el dermatólogo para que identifique su origen y determine la mejor manera de tratarla; es importante seguir sus instrucciones para obtener el máximo beneficio terapéutico y evitar irrtaciones o complicaciones de la piel que puedan empeorarlas.