Normalmente, cuando estamos a punto de enfermar, notamos que ciertos músculos nos hacen sufrir. Esto es debido a la reducción de la actividad de nuestro sistema inmunitario. En todos los movimientos voluntarios e involuntarios que realizamos a diario, se producen contracciones musculares.
El sistema muscular complejo, está compuesto en su totalidad por más de 650 músculos que, con el sistema óseo, sujetan el cuerpo. Su actividad está estrechamente ligada a las funciones metabólicas, y de hecho, aunque no realicen ningún tipo de esfuerzo, queman calorÃas. Además, son indispensables para todas las actividades que implican el desplazamiento y la fuerza del cuerpo, por esta razón es necesario mantenerlos en buena salud.
De la misma forma, cuando algo no funciona, envÃan señales de alerta que permiten evitar problemas más complejos. Aunque algunas personas no las tienen en cuenta, los dolores y los sÃntomas que sufren significan siempre algo.
Desequilibrio de electrolitos
Los desequilibrios de electrolitos son frecuentes en los deportistas y las personas con profesiones fÃsicamente muy exigentes. El exceso de sudoración generado durante estas actividades significa igualmente la expulsión de sales minerales que, más tarde, pueden provocar este tipo de desequilibrios.
A pesar de que el agua ayuda a equilibrar los lÃquidos perdidos, siempre es bueno recargar los minerales a través de alimentos sanos y de bebidas enriquecidas. Ignorar esta situación aumenta en general el riesgo de lesiones musculares, y la mayor parte de las veces, es la causa de dolores y de calambres.
Se sufre un desgarro
La aparición repentina de una sensación de dolor realizando algunos movimientos especÃficos del músculo indica normalmente que se ha producido un desgarro. Con diferencia de los dolores tÃpicos tras un entrenamiento, estos se manifiestan casi inmediatamente y solamente realizando ciertas actividades. Su intensidad puede variar en función del nivel de gravedad, aunque por lo general, aumenta cuando se realiza un esfuerzo significativo.
Reducción de las defensas
Los dolores y la debilidad muscular son los primeros signos en alertar de la reducción de la actividad de los mecanismos de defensa del cuerpo. Los músculos se sienten cansados cuando el sistema inmunitario no reacciona a ciertos agentes que provocan las enfermedades.
Sentir el cuerpo dolorido sin razón aparente y sufrir un cansancio muscular puede indicar que estamos a punto de caer enfermos. Esto es debido al hecho de que el organismo comienza a utilizar los procedimientos inflamatorios para contrarrestar los virus, y los músculos se ven afectados.
La deshidratación
A pesar de repetirlo muchas veces que es importante beber agua, muchas personas continúan sin beber lo suficiente. Este lÃquido vital participa en los procesos más vitales para el cuerpo, y entre ellos, la salud muscular que es una de las más comprometidas.
El agua es necesaria para una oxigenación óptima de las células del tejido muscular, y cuando no se consume suficientemente, aumenta la frecuencia de los calambres musculares. A pesar de que estos sÃntomas pueden derivar en muchos otros problemas, en un gran número de casos son provocados por la deshidratación.
Necesidad de descanso
Tras un entrenamiento de fuerte intensidad, los músculos sufren microdesgarros que se manifiestan en dolor. El procedimiento de recuperación de esta situación es lo que permite aumentar la masa muscular, además de la alimentación. No obstante, para que esto sea óptimo, el cuerpo requiere descansar de vez en cuando. Continuar entrenándose, a pesar del dolor, puede engendrar lesiones, que en un futuro, afectarán a la fuerza muscular y a la posibilidad de movimiento.
La anemia
La sensación de hormigueo, los calambres nocturnos y la debilidad muscular suelen ser las causas de una anemia. Esta enfermedad se caracteriza por la reducción de la producción de glóbulos rojos, reduce la capacidad del cuerpo para oxigenar los tejidos, y por culpa de esto, afecta a la salud de los músculos.
Su aparición está relacionada con la deficiencia en hierro, a pesar de que puede ser provocado igualmente por una disminución de otros nutrientes importantes. El consumo de alimentos ricos en este mineral, además de fuentes de aminoácidos esenciales, son buenos para acelerar la recuperación. De hecho, estos nutrientes aumentan el nivel de energÃa de todo el cuerpo, participando en la recuperación de la fuerza muscular.