Estilo muy homogéneo, faldas para hombre, y referencias a Jesucristo son una de las tantas opciones que propone Ricardo Tisci para esta colección Otoño- Invierno. También el sello de Givenchy sigue vigente en todos los modelos que desfilaron en las pasarelas parisinas: camisas blancas y pantalones ajustados con variantes es la tendencia.
Es una de las pocas colecciones más excéntricas y simbólicas que se han visto en las pasarelas de los últimos tiempos. Aunque no por ello la homogeneidad propia de Givenchy deja de hacerse presente: la ropa es bastante similar una con otra, pero cada una posee su toque de distinción. La paleta cromática y los cortes son otra muestra de la sencillez que busca lograr Tisci en sus diseños.
Algo que llama mucho la atención son las coronas de espinas al cuello que hacen referencia al Cristo crucificado. El estilo de zapato híbrido entre sandalias y las “manoletinas” es otra apuesta bastante alocada de esta campaña. ¿Se imaginan ustedes hombres calzar sandalias en pleno invierno? Me imagino que no y con mucha razón.
Pero menos se deben visualizar vistiendo faldas combinadas con leggins de cuero. El pantalón parece ser un elemento pasado de moda, ¡de modo que prepárense para lucir chaqueta, falda y camisa blanca en sus próximos eventos! Las bermudas con medias también serán el toque fashion del invierno europeo.
La uniformidad, las referencias a la imagen de Jesucristo o a la moda femenina constituyen las características fundamentales de una de las colecciones para hombre más atrevidas y extravagantes que se han presentado hasta el momento y que han dejado a más de uno con la boca abierta. Pero hay que observar cuál es la recepción entre el público masculino que todavía no parece estar muy abierto a estas tendencias al límite.
El hombre Givenchy que se viene es audaz, simbólico y femenino. Pero la pregunta que todos no hacemos es: ¿Givenchy podrá desterrar un estilo de vestir que ya está estandarizado en nuestra sociedad desde hace muchos años? Ya veremos si el pantalón y la corbata pasan a ser cosa del pasado, y los hombres terminan por exhibir sus faldas al viento.