Si bien algunas veces no tenemos ganas de salir hacer ejercicio, y nos falta motivaciones externas para hacerlo, otras es el sentimiento contrario, se trata de que nuestras ganas de salir a correr son tantas que no podemos quedarnos en casa, y entonces, recordamos que estamos en el sofá no por mandra, si no porqué una lesión nos ha hecho estragos.
Aún asÃ, y si estás en esta situación, te recomiendo algunas consideraciones para valorar si debes ponerte de corto o dedicarte a la vida contemplativa:
Estás listo para salir a la calle a correr
- No tienes molestias musculares. No donde te duele, si no en general por todo el cuerpo, no hay fatiga muscular y te sientes bien
- Si el dolor no va a más. Puedes sentir un pequeño dolor, pero es sostenido y no va a más. Incluso correr puede ser bueno para la lesión.
- No crees estar listo para salir psicologicamente
- Tienes miedo de no llegar al final
- Las condiciones ambientales no son las adecuadas
No estás listo para salir a correr por ahÃ
- Dolores punzantes y localizados
- El dolor no para de aumentar
- Al dormir, el dolor ha continuado
- Te cuesta hacer movimiento completos, de hecho, tienes hinchazones considerables
Aún asÃ, por supuesto es mejor considerar las opiniones de un experto, de hecho, nuestro psio o medico habitual te dará la luz verde para empezar cuando sea el mejor momento, pero si por el contrario se trata de una lesión sin importancia y te has automedicado estas indicaciones pueden ser de gran ayuda.
Ante la duda, de si estás preparado o no, lo mejor es quedarse en casa, un poco de descanso nunca viene mal, y piensa que quizá puede ser peor el salir y lesionarte de forma más grabe que un dÃa de relajación y contemplación en casa que ayude a la recuperación inmediata.