Las pasarelas de moda tanto masculina como femenina tienen la tendencia enfermiza de destacar la delgadez extrema como símbolo de belleza, a mi no me queda del todo claro porque hacen semejante cosa si a fin de cuentas la ropa es para usarla personas comunes.
Por otra parte los trapos que se muestran en los desfiles en su inmensa mayoría no tienen ninguna utilidad en el mundo real, pertenecen a un mundo imaginario y quimérico, es básicamente espectáculo y fantasía más que realidad.
Esa fantasía que idealiza las figuras esqueléticas es tomada como ejemplo por miles de jóvenes en todo el mundo, intentando ser como las falsas figuras de la pasarela. No digo falsas porque las modelos no existan, sí que existen y muchas de ellas sufren trastornos alimentarios como la anorexia y la bulimia, si no que son falsas porque las tallas y medidas que muestran difícilmente se correspondan con mujeres sanas y verdaderas.
Sin embargo existen excepciones en esa locura de la alta costura, una de ellas nos viene de la mano de la diseñadora Elena Miró quien en algunos de sus desfiles muestra diseños para mujeres reales con la belleza de sus curvas.
Las modelos de la colección primavera/verano 2010 de Miró son fuera de lo normal en las tarimas pues la talla mínima que se presenta corresponde a la 38, una impensable en otras colecciones; aunque parezca contradictorio ellas son lo normal en el mundo real, mujeres con carne y formas.
Mirò hace ropa de verdad, sus diseños no son ni entravagantes, ni raros, ni cortos, ni estrafalarios, todo lo que propone está dentro de las posibilidades de mujeres que nunca han tenido ni tendrán tallas inferiores a la 36.
En fin, que sería algo estupendo ver como otros diseñadores siguen su ejemplo y crean piezas de moda actual, sexy, usable y práctica, sin condenar las silutas prominentes y normales que en realidad no les sobra nada y son absolutamente saludables.
Aquí les dejo algunas imágenes para que se hagan una idea mas clara de lo que les estoy diciendo.