Una dieta sana no solo aumenta los niveles de energÃa sino que ayuda a reforzar el sistema inmunológico y mantenerse en forma, de allà la importancia de llevar a cabo sencillas reglas de una alimentación saludable.
Siempre se dará prioridad a la planificación de una dieta variada, ya que solo esta caracterÃstica garantiza la incorporación al organismo de hidratos de carbono, vitaminas, minerales, lÃpidos y proteÃnas.
Para lograr este objetivo es conveniente incluir en el menú diario, frutas, verduras, lácteos, cereales, huevos y frutos secos, además de carnes rojas y blancas.
Una segunda regla importante es realizar cinco comidas diarias ya que el cuerpo necesita energÃa de forma casi constante, pero si no se ingieren alimentos de forma casi constante al hacerlo tras un largo perÃodo de ayuno el metabolismo trabaja de forma más lenta, almacena ingerido en forma de grasa.
AsÃ, comer cada tres horas es la solución, ingiriendo un snack a media mañana y otro a media tarde fuera de las tres comidas principales como son el desayuno, almuerzo y cena. De esta forma se ingieren mayor variedad de alimentos, se reactiva el metabolismo y genera nuevos hábitos alimenticios que hacen que el cuerpo gaste las calorÃas de forma efectiva.
La reducción del consumo de carne es importante ya que la ingesta excesiva de este alimento aumento los niveles de colesterol malo y altera de forma negativa las condiciones cardÃacas.
Las carnes rojas aportan al organismo proteÃnas, vitaminas minerales que son esenciales para el cuerpo, pero siempre debe consumirse de forma moderada, incorporando además carnes blancas como pescado o pollo que se caracterizan por contener menor grasa.
Evitar en lo posible consumir muchos alimentos procesados o industrializados ya que estos poseen altos niveles de azúcares y grasas trans, que producen un aumento del nivel de colesterol malo, es aconsejable por ello disminuir el consumo de snacks enlatados, salsas, grasas trans y bollerÃa en general, además de hamburguesas o patatas fritas y alimentos panificados.
Por último, beber al menos dos litros de agua al dÃa es necesario para la eliminación de toxinas, lubricación del aparato digestivo y un óptimo funcionamiento celular.