La recuperación muscular activa se ha puesto de moda en los últimos años, una técnica que permite posteriormente entrenar mejor y con la intensidad necesaria.
Y es que cuando se realiza un entrenamiento de cierta dureza e intensidad con el objetivo de ganar fuerza y musculatura, es necesario la recuperación adecuada si realmente quieren verse progresos algo que puede lograrse a través de una recuperación que ayude a que el cuerpo se adapte a los cambio de manera positiva.
Existen dos tipos de recuperación muscular que pueden implementarse tras un entrenamiento físico duro e intenso, la “pasiva” que incluye reposo y la “activa” que recomienda todo lo contrario o sea que recomienda la movilización y que está respaldada por varios estudios que muestran sus beneficios.
Recuperación muscular activa: Caminar
Caminar es una de las mejores formas para estimular la recuperación muscular y también prevenir futuras lesiones. Quienes recomienda caminar lo hacen basados en que el método más simple puede producir resultados excelentes.
La recuperación activa, que no es más que moverse o hacer alguna actividad que ayude al cuerpo a recuperarse más rápido, es recomendable sobre todo para personas que habitualmente trabajan su cuerpo con un entrenamiento físico de alta intensidad.
La idea es comenzar la recuperación muscular activa utilizando en el gimnasio la cinta y comenzar con un bajo nivel ya que caminar no solo es un patrón fundamental de movimientos sino que es un excelente mecanismo de protección para evitar lesiones en columna y cadera.
Caminar ayuda además a limpiar desechos del organismo y lubricar las articulaciones, mejorar la postura y el tono muscular, siendo por lo tanto la forma perfecta para una recuperación muscular activa y que puede hacerse en cualquier lugar y momento.
Así, una caminata de 30 minutos dos veces por semana y en los días de descanso del entrenamiento físico habitual es lo recomendable para comenzar y progresivamente se irá aumentando.
Lo importante es caminar a ritmo normal, sin prisa y sin pausa ya que la idea no es convertir esta actividad en una nueva sesión de entrenamiento sino de recuperación muscular, por ello no debe consumir gran cantidad de tiempo ni energía adicionales.
Caminar también debe entenderse como una actividad placentera y que puede implementarse en la vida cotidiana como ir al trabajo caminando, hacer diariamente un paseo que resulte agradable también al espíritu escuchando música o un audiolibro. La recuperación muscular activa a través de una caminata ayuda además a eliminar el estrés y relajarse y por ello es sumamente beneficioso para el cuerpo y la mente
Asimismo, es posible hacer una recuperación activa entre series de musculación de corta duración y alta intensidad y sumarlas a la recuperación de los días posteriores a un entrenamiento físico intenso.
Como cualquier movimiento corporal, la recuperación activa favorece la liberación de endorfina y ayuda a reducir los dolores musculares posteriores a un esfuerzo intenso, además de descongestionar los músculos y relajarse reduciendo el riesgo de posteriores lesiones.