Ya es sabido que la sal es necesaria para nuestro organismo debido a que el sodio que facilita la digestión, permite la transmisión de impulsos nerviosos, la actividad muscular y la adecuada absorción de potasio. Pero es necesario aclarar que los excesos con el sodio nunca resultan buenos para nuestra salud pues corremos el riesgo de sufrir de hipertensión y retención de líquidos.
La principal fuente de sodio es la sal. Sin embargo, la industria de alimentos ha ido sumando productos como conservantes, estabilizantes, emulgentes, espesantes, gelificantes, o como potenciadores del sabor o edulcorantes a alimentos que ya contienen sodio.
Es importante saber que el consumo de sal debe limitarse a sólo 1 cucharadita rasa al día. Para ello existen algunas tácticas o trucos que pueden emplearse:
–No añadir sal al cocinar para controlar lo que se añadirá al momento de comer.
-Emplear condimentos naturales como ajo natural, cebolla, pimienta, ají para las carnes.
-Preparar las ensaladas con zumo de limón o naranja para dar un toque diferente.
-Usar especias como albahaca, eneldo, tomillo, etc., para dar sabor.
-Evitar consumir alimentos enlatados y preferirlos frescos y naturales
-Elija alimentos que declaren ser bajos en sodio.
-Exigir que no le agreguen sal al comer en los restaurantes.
–Eliminar aderezos como mayonesas, mostaza, kepchut y salsas de condimentar.
-Cocinar sus alimentos al vapor para conservar mejor el contenido natural del sodio del alimento y así se no tendrá necesidad de añadir sal.
¿Pero cómo realizar una preparación siguiendo estos consejos? Es fácil, puedes preparar por ejemplo unos “Rollitos de pollo bajos en sodio”. Para ello debes comprar 4 panes de fajitas bajos en sal, 500 g de pechuga de pollo sin piel, 1 tomate de ensalada, y 1 pimiento amarillo. Esto es para los rollitos de pollo.
Y para acompañar necesitas 400 g de lechuga, 1 tomate de ensalada, 150 g de pan sin sal del día anterior, 50 g de almendras sin sal, 4 ramitas de menta, aceite de oliva, y 1 limón grande.
Este es el ansiado momento del paso a paso. En primer lugar debes cortar el pan en daditos y freír en aceite de oliva. Cuando esté doradito, retirar con una espumadera y dejarlo enfriar sobre dos capas de papel de cocina para que absorba el sobrante del aceite.
Elaborar la ensalada de acompañante con la lechuga bien lavada, el tomate troceado y las almendras. Aderezar con aceite de oliva y el zumo de un limón.
Para los rollitos, trocear la pechuga y rehogarla en la sartén con dos cucharadas de aceite de oliva. Una vez hecha, mezclarla con el tomate y el pimiento previamente lavado y cortado. Rellenar las fajitas, adornar con la menta y servir junto con la ensalada.
Así de fácil puedes obtener un plato sumamente delicioso pero no por ello excedido en sal. ¿Te animas a preparalo?