El concepto de belleza suele estar asociado a la mujer, a los cuidados de su cuerpo y a la forma de vestirse. Sin embargo, los hombres también se cuidan, y se toman en serio su propia apariencia para sentirse mejor en su piel, y entrar en el juego de la seducción.
El rasurado forma parte de los rituales de belleza a los que los hombres se entregan de manera cotidiana. A pesar de que la barba incipiente estuvo durante un tiempo considerada como un signo de virilidad, la tendencia no duró mucho, porque es un hecho que un hombre afeitado, de cerca, gana más y ofrece su lado más seductor.
El bigote, la barba y la perilla están reservados a los hombres de una cierta edad que hacen la elección voluntaria de llevarlos, hiendo asà contra los cánones de la belleza moderna masculina. Pero, para estar bien afeitado, lo primero que hace falta es tener una buena maquinilla.
Los hombres de antes solÃan ir al barbero que utilizaba una técnica un tanto peligrosa. Después, los hombres empezaron a afeitarse por sà mismos, con la cuchilla, la brocha, y una espuma fabricada con agua y jabón.
Luego, surgieron las maquinillas eléctricas. Hoy hablaremos de ellas. Los diferentes modelos que se han visto en el mercado iban desde los que tenÃan el cabezal cuadrado, que era el más utilizado, y después el de los tres cabezales, que era más difÃcil de usar, provocando incluso reacciones epidérmicas en algunos hombres.
Para los hombres con una piel sensible, es preferible utilizar una maquinilla eléctrica que difunda al mismo tiempo un producto hidratante de forma uniforme y continua. Efectivamente, hay que recordar que para un afeitado eléctrico, no hace falta mojarse la cara previamente, ni utilizar tampoco una espuma de afeitar.
El uso de la maquinilla eléctrica en seco suele irritar fácilmente la piel, incluso si la agresión es menor que cuando se utiliza la cuchilla.
Gracias a este tipo de afeitado, a pesar de sus pequeños inconvenientes, se obtiene un rasurado limpio, eficaz y rápido. Hoy en dÃa existen dos tipos de maquinillas eléctricas: las de cabezal redondo, y las de rejilla.
Otro dÃa hablaremos de la diferencia entre una y otra, valorando sus virtudes e inconvenientes con más detalle.