Una de las cosas que más sorprende a los deportistas aficionados, es que en sus respectivos trabajos, sus compañeros los relacionan rápidamente con el deporte, y no me refiero a la parte fÃsica, que evidentemente, se puede notar solo mirar a una persona, si no en todo lo relacionado con hábitos y formas de entender, tanto la vida, como el trabajo.
Es curioso, como esas diferentes dinámicas se hacen poco a poco con las personas, y nos dan diferentes herramientas que podemos utilizar de forma cotidiana, obteniendo mejores resultados, y por tanto, beneficiarnos doblemente.
La primera idea es fácil: solo con constancia llegarás lejos. Esto que sabemos todos los deportistas, es fácilmente aplicable. Si de verdad dedicamos horas dándolo todo en nuestra vida diaria, los resultados, antes o después llegaran, si no lo hacemos, la mediocridad se hará con nosotros.
La motivación. Un elemento muy interesante, es ver cómo nos intentamos motivar antes de entrar en el trabajo o iniciar un nuevo proyecto, buscamos esa motivación para que nuestro esfuerzo vaya más allá de lo normal.
Aceptar la derrota. Poca gente sabe aceptar la derrota, los deportistas la llevan en la sangre, ya que sin derrotas previas no hay ninguna victoria. Esto, traducido en la vida diaria es muy valioso, ya que nos elimina el factor pánico a probar nuevas cosas por, justamente, tener miedo al fracaso. Al eliminarlo, somos más libres y más hábiles en nuestros proyectos, y sabemos desarrollarlos con calma y sin prisas.
Vitalidad. No hay que dejar de hablar sobre la vitalidad que demostramos abiertamente por aquellas cosas que nos atraen, incluso las más pequeñas, pero esa vitalidad de tener nuestro cuerpo a tope se detecta rápidamente al inicial algo en el trabajo, esa actitud de estar siempre dispuesto.
Por último, no olvidemos la más importante junto con la constancia, que es la satisfacción. El deportista conoce lo que es la victoria, la disfruta y saborea, es la verdadera droga que le hace ir más allá y sufrir en el camino, por eso, cuando obtenemos un logro en el trabajo queremos contarlo, explicarlo, lo intentamos saborear al máximo, ya que sabemos que también tendremos muchas más derrotas.