Todo envejece, incluso nuestra frente. La piel se pliega, los músculos se hacen más finos, y los huesos se ablandan. Resultado: nuestra frente acusa los efectos del tiempo. ¿Qué soluciones se pueden ofrecer para luchar contra el envejecimiento de esta parte de la cara?
Con el paso del tiempo, la piel de la frente se distiende, se pliega y salen las arrugas. A veces, las manchas aparecen, ofreciendo un aspecto poco saludable, que daña la estética y el aspecto saludable de nuestro propio organismo. Se trata de una cuestión de salud y belleza.
Los músculos situados debajo de la frente también envejecen. Pierden tono y masa muscular, lo que provoca un efecto de caída en la frente. Por esta razón, poco a poco la frente se va relajando, y aumenta el tamaño de la misma.
Las personas jóvenes tienen una frente tersa, mientras que a partir de una cierta edad, la frente se va haciendo más ancha y plana, y hasta se pueden distinguir los músculos que están debajo de la piel.
Con el tiempo, el hueso envejece. El hueso se va modelando con la edad, presentando diferentes curvaturas. Los niños y los jóvenes tienen un curvatura convexa, uniforme tanto en el sentido vertical como horizontal. Sin embargo, con los años, las curvas se vuelven muy diferentes.
Las manchas de la piel aparecen a medida que se va envejeciendo, y concretamente en la zona periférica de la cara; quizás sean más raras en la parte central. Hoy en día es fácil borrarlas con la ayuda de un tratamiento a base de láser.
Igualmente, a medida que pasa el tiempo, aparecen unos pelitos “rebeldes” en el entrecejo. La depilación láser los puede eliminar de manera permanente.
El músculo también puede ser tratado con la ayuda de una inyección de toxina botulínica (botox) en la frente. También es cierto que se pierden las arrugas de expresión, pero el resultado es una frente lisa y una piel tersa.