Se trata de algo bastante común: el estrés mal llevado puede ser nefasto para la salud, y derivar en depresión. Por lo tanto, se trata de algo que se debe vigilar muy de cerca.
La depresión afecta muchos millones de personas en los paÃses europeos, y a algunos, incluso de forma crónica. Según algunos estudios, entre el 10 y el 25% de las mujeres, y entre el 5 y el 12% de los hombres tienen el riesgo de presentar una depresión mayor a lo largo de su vida.
Si las causas de la depresión son numerosas, el estrés serÃa una de las más importantes. Los neuropsiquiatras estiman que alrededor de una persona entre cinco conocerá, al menos, un episodio depresivo a lo largo de su vida por culpa de la presión laboral. Además, según un estudio reciente, el estrés laboral precipita la aparición de desarreglos psÃquicos en individuos que anteriormente presentaban una buena salud.
Estrés y depresión
Cuando una persona está sometida a diario a situaciones estresantes, se produce de manera casi continua, una serie de hormonas (adrenalina y cortisol). La fabricación excesiva de estas hormonas tiene consecuencias nefastas para el sistema nervioso: el exceso de cortisol (debido a un estado de estrés repetido) va a bloquear el crecimiento de nuevas neuronas en el hipocampo, región del cerebro conocida por actuar sobre el estado de ánimo.
El cortisol va a impedir la normal comunicación entre las neuronas, bloqueando los receptores estimulados por la serotonina, molécula que interviene en los desarreglos del estado de ánimo. Un proceso, que a largo plazo, podrÃa conducir a la depresión.
Efectos negativos del estrés
El estrés puede ser fuente de cansancio, dolor de cabeza, desarreglos del sueño… También puede afectar al sistema digestivo (estreñimiento, espasmos, hinchazón). Finalmente, el estrés puede perturbar el funcionamiento de la glándula del tiroides, disminuir la resistencia del sistema inmunitario, y provocar reacciones alérgicas. Sus efectos sobre la hipertensión arterial y las enfermedades cardiovasculares son bien conocidos.