Iniciar la práctica de una actividad física por regla general suele ser beneficioso para el cuerpo y la mente, pero debe hacerse en función a la edad y al nivel de actividad de cada quien.
No será igual el programa de inicio para un joven de 20 años en pleno desarrollo muscular que para un adulto mayor con sobrepeso, o si alguno de ellos practica algún deporte o desarrolla una actividad laboral que requiere esfuerzo físico.
Antes de iniciar cualquier actividad física es necesario preparar al corazón, y para hacerlo correctamente se requiere una revisión médica previa que nos diga como estamos de salud, por eso es preciso visitar a un especialista antes de comenzar.
El buen estado del músculo cardíaco es fundamental para mantenernos vivos, si está débil y recubierto de grasa podemos morir antes de lo esperado por alguna complicación en su funcionamiento. No olvides que el corazón es un músculo adaptable tanto a la actividad física como a una vida sedentaria.
Por este motivo, es importante realizarse exámenes a tiempo para reducir el riesgo de cardiopatías, además de habituarnos a una alimentación balanceada y baja en grasas.
El común de las personas no piensa en el corazón como un músculo que puede crecer o fortalecerse, pero de hecho sucede con un trabajo aeróbico constante; este tipo de actividad con repeticiones adecuadas, ayuda a que las fibras musculares que componen el corazón se vuelvan gruesas y fuertes, favoreciendo en el incremento de la masa muscular.
Considerando esto, es importante iniciar un trabajo cardiovascular que ayude a mejorar la capacidad orgánica del corazón, actividad que además ayuda a reducir el estrés, la ansiedad, el cansancio y a regular la tensión arterial.
Lo mas apropiado consiste en caminar a paso vigoroso, montar en bicicleta o nadar entre tres y cinco veces por semana en sesiones no inferiores a los 30 minutos.
Esto ayudará a mejorar la frecuencia cardíaca y a evitar problemas con otras partes del cuerpo como rodillas, talones, caderas, espalda y columna.
Mas adelante se puede ampliar el tipo de trabajo aeróbico, practicando jogging, spinning, asistiendo a clases de aeróbicos, o usando los equipos específicos que nos ofrecen los gimnasios, tales como bicicletas estáticas, máquinas elípticas, cintas de correr, entre otros.