Uno de los principales problemas referentes al entrenamiento es una mala planificación respecto a este. Muchas veces, los propios deportistas no plantean con calma y control los debidos condicionantes para un entrenamiento adecuado, y posteriormente, caen los nervios y la desesperación al ver que no hay el progreso esperado o por las propias ansias de ver resultados aquà y ahora.
Por ello, la planificación, como en cualquier otro deporte o práctica deportiva, es esencial, pero debe crearse a partir de unos elementos que nos ayudan a que esta planificación sea real y efectiva. De nada sirve una planificación que se modifique a los dos dÃas. De igual forma, esta planificación no puede ser completamente rigida, debe tener eventualmente los cambios necesarios para que acabe funcionando correctamente.
A continuación algunos tips que pueden ayudarnos
- Establecer plazos. Establece cuanto tiempo durará el entrenamiento. Cuantas sesiones. Por ejemplo, está bien una planificación a 3-4 meses, y luego, cambiar a otra a partir de lo que tengamos conseguido.
- Fortalezas y debilidades. Seamos sinceros en establecer los puntos de partida, si no, de poco sirve una planificación que nos hace trabajar a años luz de nuestro estado.
- Objetivos claros. Marcate objetivos claros y detectables. De nada sirve un «estar más fuerte», deben ser datos que se puedan comparar y seguir.
- Paciencia. Ten paciencia, tanto a la hora de elaborar el plan como a la hora de llevarlo a cabo. Muchas veces lo dejamos por la mitad, paciencia y perseverancia.
- Información. Busca información detallada sobre todo lo que pretendes hacer, léela con cuidado y esmero, y solo después empieza a planificar
- Premios y castigos. Establece una serie de autopremios y castigos por conseguir o no llegar a los objetivos marcados, de esa manera te motivarás a ti mismo.
- No caigas en comparaciones. Cada persona es única, por tanto sus cualidades y condiciones fÃsicas son únicas.