Nos metemos de lleno en los deportes acuáticos, y hoy tenemos con nosotros el piragüismo. Quizá uno de esos deportes que pueden ser de los más antiguos de la humanidad.
El piragüismo se basa en navegar con una canoa sin propulsión por vela ni motor. Esta canoa tiene la proa y la popa idéntica, y aunque pueden haber canoa de dos o cuatro (jamás de tres) normalmente se práctica de forma individual. Con la ayuda de un remo se impulsa la embarcación y se avanza en la dirección deseada.
Como vemos, no podemos ni siquiera saber cuando los primeros humanos empezaron a navegar por los ríos y mares de esta forma, de hecho, este tipo de embarcación tiene sus orígenes en el continente americano, y fue introducida en el resto del planeta a partir del descubrimiento del nuevo mundo, incluso la propia palabra “canoa” es de origen indio.
Estamos hablando de un deporte olímpico. Las primeras competiciones se celebraron en Canadá en el siglo XIX, pero conoció su rápida expansión sobre todo gracias a Alemania, donde el rio Rin era un centro muy potente de atracción y práctica. No es de extrañar, que su aparición en los juegos olímpicos se diera justamente en Berlín 1936.
El piragüismo tiene unas 7 modalidades principales, a saber: aguas Tranquilas, slalom en aguas bravas, aguas bravas, kayak-polo, kayak de mar, piragüismo turístico, barco-dragón.
Las habilidades físicas principales necesarias para la práctica de este deporte están basadas especialmente en la parte superior del cuerpo, ya que la propulsión de la canoa se hace gracias a la fuerza de los brazos. De igual forma, es importante la estabilidad, para mantenerse dentro de la canoa.
Es un deporte de mucha velocidad y muy impresionante, las modalidades de slalom y aguas bravas son de una velocidad considerable, y muy atrayentes para el público. A parte, al no tener unas características técnicas muy importantes para iniciarse, puede ser una buena opción para utilizar como actividad de verano y recreo.