El Método Pilates corrige los movimientos culpables del dolor de espalda sobre todo en los casos de personas que sufren de estos problemas como resultado de malas posturas.
Pilates aporta una importante ayuda a quienes han buscado solución a los dolores musculares de forma personalizada a diferencia de otro tipo de entrenamientos que lo hacen de manera generalizada, con un trabajo dirigido especialmente a dar flexibilidad y lograr una habilidad de movimientos.
Los especialistas en el Método Pilates resaltan la importancia de los patrones de movimiento que deben repetirse varias veces y hacerlo de forma adecuada hasta que se llega a un punto que éstos se vuelven automáticos.
Partiendo de la base que la mayor parte de los desequilibrios y malas posturas se han ido arrastrando de forma gradual durante mucho tiempo es difícil cambiar estos hábitos de un día para el otro y por ello Pilates hace un trabajo de reequilibrar el cuerpo ayudando a modificar la manera en que los músculos son utilizados para hacer cada movimiento. Este método cambia la forma de utilizar el cuerpo y le devuelve sus movimientos naturales y normales.
Con Pilates es posible realizar un trabajo de afirmación de los músculos responsables de mantener, estabilizar y reforzar la columna vertebral.
Los músculos abdominales se encuentran “envueltos” por el denominado transverso abdominal que cumple la función similar a la de un corsé, siendo también importantes para mantener una estabilidad adecuada del tronco el músculo multifidus en la zona lumbar, y el suelo pélvico.
Logrado lo anterior se crea como una especie de cilindro sólido alrededor de la columna vertebral central un mecanismo que sirve para prevenir las fuerzas de resistencia sobre las vértebras, ligamentos y discos.
El Método Pilates ha desarrollado un estilo de ejercicios que además de no ser agresivos son progresivos y tienen la característica de hacerse de forma lenta buscando un buena alineación postural y de allí que al hacerlo casi no existen posibilidades de sufrir lesiones.
Cada uno de los movimientos se realiza de forma concentrada ayudando así a ganar el control de la mente sobre el cuerpo, con una alineación correcta que mantiene las articulaciones en posición neutral evitando tensiones innecesarias y logrando que todas las zonas del cuerpo puedan relacionarse entre sí.
La respiración es otro de los factores que tienen fundamental importancia en la práctica de Pilates ya que es necesario aprender a respirar de forma eficiente.
Asimismo, un control del centro de gravedad del cuerpo se consigue al conectar el suelo pélvico con los abdominales transversales, estabilizándose las escápulas y evitando así tensiones en el cuello y trapecios.
Cada movimiento se repite una y otra vez siguiendo siempre las indicaciones del profesional ya que de no realizarse de forma correcta las ventajas del Método no se aprovechan.
Quienes practican Pilates llegan a tener movimientos fluidos, naturales y controlados de forma correcta, siendo el objetivo principal conseguir el alargamiento comenzando desde el centro hacia las extremidades buscando siempre la elongación axial y de alargamiento de la columna.
Con el tiempo y la práctica correcta del Método Pilates los malos hábitos posturales desaparecen y como consecuencia se evitan lesiones de hombro, dolor de cuello y hasta molestias en la rodilla.
La práctica regular de Pilates se presenta como un método efectivo a la hora de prevenir episodios recurrentes del dolor de espalda, aumentado el grado de coordinación y la fuerza de los músculos, protegiendo y estabilizando la columna vertebral y la zona lumbar.