Muchas veces en nuestra vida diaria nos encontramos con pequeños movimientos y gestos a los que no les damos la mayor importancia, pero que con el aumento de la edad suelen acabar siendo aquellos movimientos que más lesiones graves acaban ocasionando a la mayorÃa de personas. La mayorÃa son pequeños tirones musculares, que pueden ser también fisuras, y pueden ser verdaderamente incómodos y generar un descenso de nuestra calidad de vida habitual, o incluso interferir en nuestros planes de entrenamiento o hacer finalizar de forma brusca una temporada deportiva de alto nivel.
En psicologÃa deportiva siempre se habla del factor de la caÃda en la ducha, como aquel pequeño gesto que puede acabar con una carrera deportiva completa. Por ello, es complicado establecer mecanismos para prevenir todos estos pequeños gestos, pero si que podemos tener o prevenirlas con pequeños hábitos que harán mucho más fácil nuestra vida en este sentido, y que por ser también pequeños hábitos no afectan de forma determinante a nuestras formas de hacer cotidiana.
A continuación algunos tips que nos ayudaran a combatir los pequeños gestos mal realizados:
- Estiramiento, antes y después de los entrenamientos, a veces entramos demasiado frÃos a las sesiones, y a veces al acabar las sesiones los músculos piensan que aun van a tope, y es ahà donde se producen los principales problemas principales.
- No somos Tarzán: y menos Chita, por ello, no hace falta saltos increÃbles por las aceras, o un sprint fabuloso en el semáforo, tomarse la vida con más calma y no fomentar esos pequeños gestos inútiles ayudarán.
- Carga de objetos con cabeza: No con la cabeza de forma fÃsica, más bien si tenemos que aupar algún peso, hazlo con sentido de responsabilidad, esto es, siendo consciente de tus lÃmites, y que por demostrar que puedes con esa botella de agua de 50 kg en el supermercado puedes acabar con un buen tirón en el bÃceps.
- Realizar movimientos correctamente: Uno de los principales errores es justamente coger cosas del suelo o a otra altura de una forma incorrecta, y hacer que nuestra espalda se resienta, es hacer un flaco favor a tu espalda. Realiza el movimiento correctamente, bajando y flexionando tus rodillas y piernas, y asà haciendo que la espalda se mantenga recta en todo momento.
Como vemos, estos consejos son muy simples, pero pueden ser grandes amigos si no queremos que los pequeños gestos acaben en lesiones graves y molestas.