Definida por primera vez por el médico Albright en 1944 como “la disminución de la masa ósea por unidad de volumen de hueso siendo la mineralización de hueso normal», la osteoporosis y los deportes de elite también se encuentran relacionados.
Una segunda definición la dio el «Consenso para la prevención y tratamiento de la Osteoporosis» en 1991, ahondando más en el tema y definiéndola como una «Enfermedad difusa del esqueleto caracterizada por una disminución de la masa ósea y alteraciones en la micro-arquitectura del tejido óseo como consecuencia de la cual aumenta la fragilidad ósea y la susceptibilidad para las fracturas».
Hasta que en el 2001 se dio la última definición diciendo que es una «Enfermedad esquelética caracterizada por una resistencia ósea disminuida que predispone a una persona a un riesgo aumentado de fractura.» (Instituto Nacional de Salud de Estados Unidos).
Se trata de una enfermedad silenciosa que no tiene síntomas mientras se produce y recién se advierte cuando se produce una o más fracturas cuando la resistencia del hueso disminuye.
Según un estudio publicado en American Journal of Sports Medicine los deportistas de elite como aquellos que juegan al fútbol, rugby o hockey sobre hielo, corren un mayor riesgo de desarrollar la enfermedad sobre todo la osteoporosis de cadera y de rodilla que quienes tienen una vida más sedentaria.
Según lo manifestado por uno de los investigadores que realizara este estudio Magnus Tveit, de la Universidad Lund de Suecia “La osteoporosis de cadera o de rodilla (…) se encuentra con más frecuencia en ex deportistas de élite”. De esta forma los investigadores reconocen que existe el doble de riesgo de sufrir de este problema en atletas que practican fútbol y balonmano, y el triple en aquellos que juegan hockey sobre hielo.
Para realizar este estudio se contó con la colaboración de 700 deportistas suecos retirados ya del mundo profesional y en edades comprendidas entre los 50 y 93 años, sumándose a ellos unos 1400 hombres que hacían una vida más sedentaria y practicaban poco o nada de ejercicio.
Los resultados demostraron que el riesgo de padecer una osteoporosis de cadera o de rodilla era más alto en un 85% en deportistas profesionales y el riesgo era menor en un 19% en los que habían hecho poco o nada de deporte.
Por ello y teniendo en cuenta este estudio un experto en Medicina de la Universidad de Iowa (EE.UU.), Joseph Buckwalter, reconoció que el ejercicio es importante para la salud y para sentirse bien pero que existen algunas prácticas deportivas que suponen un mayor riesgo de sufrir de enfermedades como la osteoporosis.