La musofobia, muridofobia, murofobia o surifobia es una clase específica de zoofobia que se define como un persistente, anormal e injustificado miedo a los ratones.
Quienes padecen esta condición experimentan terror y repulsión ante animales como las ratas y los ratones, aunque en algunos el miedo se extiende a todos los roedores en general incluyendo conejillos de indias, topos, hamsters, etc. Este miedo puede ser detonado incluso al ver una foto o una imagen en vídeo de estos animales.
Tradicionalmente la musofobia ha sido atribuida como una característica estereotipada de las mujeres, sin embargo pueden sufrirla de igual forma los hombres sin importar raza o edad.
El musculitos y el ratón
No importa si eres un hombre joven y en muy buen estado físico con músculos bien desarrollados y definidos, igualmente puedes sentir miedo ante un ratón y saltar como un atleta olímpico para huir de él; si no, mira este vídeo.
Cabe destacar que, más que un trastorno real, el miedo a los ratones es en muchos casos una respuesta condicionada socialmente inducida común en muchos animales, incluidos los seres humanos en quienes el susto ocasional pueda llevar a desencadenar una ansiedad normal que requiera tratamiento.
Para tranquilidad de muchos, el miedo a los ratones puede ser tratado con cualquier tratamiento estándar para fobias específicas, cosa que no ocurre con el miedo que sienten los ratones por sus depredadores.
Ratones que no le tienen miedo a los gatos
Los ratones temen a los gatos porque están condicionados de forma innata a expresar temor cuando sienten el olor de sus depredadores, pero si se eliminan los receptores específicos para sentir ese aroma, los ratones nunca sienten miedo al enfrentarse a un gato.
Esa es la premisa de una investigación realizada por Ko Kobayakawa, profesor de biofísica y bioquímica de la Universidad de Tokio, quien junto a un equipo de científicos logró anular los receptores ubicados en el cerebro de esta especie animal, impidiendo la reacción natural ante el olor de su principal depredador, el gato.
El objetivo del experimento era demostrar que el miedo es una cuestión genética y no, como suele creerse, producto de la experiencia. Los ratones modificados genéticamente, en lugar de huir rápidamente o simular estar muertos, siguieron con sus actividades normales al enfrentarse a un felino.
¿Los elefantes tienen miedo a los ratones?
Por otra parte, existe la creencia extendida de que los elefantes sienten un temor incontrolable a los ratones, algo que podría identficarse como musofobia elefantina o musofobia paquidérmica.
Este temor mostrado por los elefantes de los dibujos animados no necesariamente es así en los paquidermos reales, quienes realmente lo que demuestran es inquietud ante la presencia del roedor.
Según Francisco Purroy, catedrático de Zoología de la Universidad de León, esa inquietud tiene una causa nada irracional: “Los paquidermos cautivos, de la especie elefante índico, son muy rutinarios y sus costumbres se rigen por los hábitos que induce el cuidador”. Así que cualquier novedad –otro elefante, un ruido, un cambio en la dieta– les pone nerviosos. Y eso incluye tanto la presencia de un ratón como la de un perro o un cuidador gritando.
Cabe destacar que numerosos zoológicos y zoólogos han demostrado que se puede condicionar a los elefantes a no reaccionar y el conocido programa de TV MythBusters (Cazadores de mitos) de Discovery Channel ha probado el mito de la musofobia paquidérmica como plausible con los elefantes salvajes, sin poder confirmarlo ni derribarlo por completo.