Para comenzar con el método Lafay, lo primero de todo es realizar una serie de calentamientos, y después, una sesión de musculación durante una hora; finalmente, se termina con una serie de ejercicios de estiramientos y de flexibilidad. Los ejercicios durante una sesión no conllevan muchas figuras diferentes, y el paso de un nivel a otro superior se hace de forma rápida y holgada.
Teniendo en cuenta los resultados buscados, es posible realizar dos o tres sesiones por semana. El hecho de que el método Lafay no utilice accesorios de musculación, ayuda a trabajar todos los músculos del cuerpo de manera integral.
Por cada movimiento realizado en el marco del método Lafay, un grupo muscular es solicitado. Si bien el método Lafay no utiliza accesorios de musculación, no obstante hay una serie de instrumentos que se emplean para la realización de los ejercicios.
Por ejemplo, hacen falta sillas, o taburetes, y ciertos ejercicios exigen la utilización de una barra fija. Este material podrá ser utilizado en el conjunto de los 110 ejercicios propuestos por el método Lafay.
Con relación a las ventajas del método Lafay, basta con que nos quedemos con una sola: la posibilidad de realizar ejercicios con total autonomÃa. Se puede decir que el inventor de este método es un especialista en psicologÃa y ha sabido encontrar el camino correcto para una evolución sana en el terreno de la musculación.
Concretamente, el atleta tiene la posibilidad de progresar a su propio ritmo, y al final, puede establecer un programa de musculación adaptado a su caso (a su fÃsico y a los objetivos que se haya fijado previamente). En todos los casos, se trata de una verdadera revolución en el campo de la musculación.
Efectivamente, los músculos pueden ser desarrollados sin necesidad de utilizar cargas muy pesadas para que trabajen. El programa está completamente personalizado y facilita la progresión rápida, para obtener un mejor resultado.