La medicina hiperbárica, también conocida como terapia con oxígeno hiperbárico, consiste en el uso médico del oxígeno a presiones por encima de la presión atmosférica.
En sus comienzos se usaba para el tratamiento de los buzos que sufrían de descompensación, y en la actualidad se utiliza para trabajar en forma complementaria en algunos tratamientos, tales como la reparación de tejidos, las intoxicaciones por monóxido de carbono y traumatismos, entre otros.
Se identifican dos tipos de tratamientos hiperbáricos: la medicina subacuática y la oxigenación hiperbárica, ambas con características similares, aunque con objetivos específicos, pues la primera trata a aquellas personas que se desempeñan en labores submarinas y la segunda, a pacientes con determinadas patologías.
La baromedicina nació luego del cambio que sufrieron las condiciones ambientales laborales del ser humano. Así y con el inicio de trabajos en ambientes hiperbáricos, se hizo necesario este tipo de tratamiento por la frecuencia de la enfermedad por descompresión en los buzos.
A partir de la preocupación que se tuvo por aquellos trabajadores subacuáticos, a quienes al subir a la superficie se les provocaba una descompresión al momento de despresurizarse el nitrógeno contenido en sus organismos, se comenzaron a utilizar elementos como las escafandras o los cajones estancos los que apoyaban a quienes cumplían con este tipo de labores.
Evolución de la terapia con oxígeno
Fue a finales de los años 30 cuando se incorporó el oxígeno en estas cámaras con el objetivo de disminuir el tiempo de la descompresión, pues el oxígeno al 100% no tiene nitrógeno, logrando que éste salga del organismo al no tener la contraparte de la atmósfera.
En este mismo contexto, a medida que se fue investigando más acerca de este tema, los expertos detectaron que el oxígeno tenía múltiples beneficios terapéuticos, entre ellos, su aporte en la sanación de heridas y en el tratamiento de infecciones.
Otras funciones donde se considera beneficioso el oxígeno, tienen que ver con la gran incidencia sobre tejidos hipóxicos, donde es posible restituir el gas normal sobre el área. Entonces, será iútil en patologías degenerativas como la arterioesclerosis, daño vascular por diabetes, lesiones vasculares por traumatismos, quemaduras, enfriamientos, entre otras donde la zona afectada sea hipóxica.
Otros beneficios que aporta el oxígeno hiperbárico son el desarrollo de vasos sanguíneos (neovascularización) y su potente efecto en la defensa del organismo en cuanto a la actividad de los glóbulos blancos.
De esta manera la también llamada oxigenoterapia ha permitido sumar con el tiempo a muchas más patologías, las que son tratadas en conjunto con la medicina tradicional para ayudar a los pacientes a recuperar su salud.
Al respecto, la Undersea & Hyperbaric Medical Society UHMS, sociedad médica que regula actualmente la forma en que se lleva a cabo la medicina hiperbárica en el mundo, informa que algunas de las trece enfermedades que actualmente pueden ser tratadas en una cámara hiperbárica son las intoxicaciones por monóxido de carbono, pie diabético, la llamada “bacteria asesina”, lesiones por quemaduras y por radioterapia, absceso cerebral, mal por descompresión, gangrena gaseosa, entre otros.
Según una nota extraída del periódico New York Times, el portal de noticias Servicioweb anuncia que en Estados Unidos once de estas enfermedades ya fueron aprobadas por el sistema de salud Medicare para su reembolso, lo cual indica que existe evidencia sólida para respaldar los usos del oxígeno hiperbárico.
Opiniones y críticas
A pesar de las bondades de la medicina hiperbárica, las que dejan de manifiesto que ésta sería una terapia que podría contribuir mucho más de lo que lo hace actualmente, existen diversas críticas que mencionan que este procedimiento no tendría una base lo suficientemente sustentable para seguir difundiéndose.
Estos comentarios se refieren la mayoría de las veces a que ciertas clínicas alrededor del mundo mencionan entre sus servicios la terapia con oxígeno para tratar enfermedades como la fibromialgia, el autismo, la fatiga crónica, esclerosis múltiple y muchas otras, incluso algunos tratamientos cosméticos, que por cierto no aparecen en la lista que la UHMS mantiene publicada.
Además existen fuentes médicas que aseguran que los resultados no son iguales en todos los pacientes, por lo que la eficacia de la terapia y la falta de estudios clínicos que avalen sus beneficios, serían una de sus grandes deficiencias.
Frente a estas aseveraciones, hay que tener claro que el oxígeno hiperbárico no es un gas inocuo, se considera como un medicamento y por lo tanto se piensa como la aplicación de una sustancia beneficiosa para el cuerpo humano en determinadas condiciones de patologías, lo que se encuentra estandarizado y protocolizado; por lo tanto, mientras algunos grupos de personas se mejoran con ésta u otra terapia, puede haber casos en que los resultados no sean los mismos.
Contraidicaciones de la baromedicina
No basta con hacer un listado de los beneficios del tratamiento con oxígeno a presiones elevadas, como cualquier otro procedimiento éste está contraindicado en personas que sufren de claustrofobia, que tienen problemas en los oídos, o sufren epilepsia no tratada, enfermedades crónicas pulmonares severas, y en personas bajo tratamientos con drogas anticancerosas.
En relación a posibles riesgos relacionados con la forma en que se entrega la presión en una cámara hiperbárica, es preciso mencionar que si una persona se incorpora a este tratamiento, no se le someterá ni al mismo tiempo ni a la misma profundidad en que trabajan los buzos. Para eso existen tablas terapéuticas que rigen acerca de las condiciones en que debe realizarse la terapia.
Por último y frente a los beneficios que algunos proclaman se pueden obtener con la baromedicina, es necesario tomar en cuenta que en muchos casos solo se ofrecen falsos tratamientos, y que la medicina hiperbárica como tal no consiste en respirar aire enriquecido con oxígeno, es un tratamiento que debe realizar un médico con un equipamiento especializado.