En las estanterÃas de los productos de belleza para hombre, las mascarillas todavÃa tienen dificultad en implantarse como un cosmético habitual. La imagen de una realidad demasiado femenina sea quizás el mayor inconveniente.
Contaminación, tabaco, frÃo, transpiración, viento… la lista de las agresiones cotidianas que sufre la piel del rostro es conocida, y las mujeres han comprendido desde hace tiempo que deben proteger e hidratar su piel. ¿Y si los hombres también hiciéramos lo mismo?
La arcilla, la favorita de los fabricantes
Para limpiar el rostro, las mascarillas actúan como los aspiradores para impurezas. Aunque esto es algo que los hombres comprenden con cierta dificultad. En efecto, utilizadas una vez a la semana en capa espesa, las mascarillas han demostrado que la piel queda purificada, los poros se cierra. La mayorÃa de las mascarillas, concretamente las que se venden en grandes superficies, contienen arcilla, incluso arcilla pura, un producto natural con virtudes absorbentes del sebo.
El uso de la arcilla
Ideal para las personas que tienen la piel grasa o con impurezas, la mascarilla de arcilla presenta muchos beneficios, porque desincrusta, cierra los poros y elimina los puntos negros. El único inconveniente: seca demasiado la piel. Una buena hidratación es por lo tanto necesaria después de su aplicación.
Las mascarillas son excelentes soluciones para los hombres que se toman el tiempo suficiente para cuidarse, además de que la arcilla posee una virtud cicatrizante que los hombres aprecian para calmar las pequeñas heridas ocasionadas por el rasurado.
Mascarillas relajantes
Para los menos pacientes, existen unas mascarillas tipo film, un gel que se transforma en film y que se retira después del secado. Son más rápidas y menos eficaces también, y poco naturales, a pesar de eliminar algunas impurezas y puntos negros.
Finalmente, los metrosexuales, o aquéllos para quienes el cuidado de la piel es una auténtica regla de vida, pueden optar por las mascarillas tonificantes o relajantes, de gran eficacia.