En primer lugar, hablemos de los prejuicios
Está claro que puede resultar curioso, e incluso extraño que hablemos de maquillaje para los hombres. Algunos dirán que eso es cosa de mujeres, y a lo más para gays. Pero, no nos equivoquemos.
No hace tanto de esto, cuando se hablaba de las cremas para hombres, algunos varones ponían el grito en el cielo. Sin embargo, hoy en día parece ser un tema más que superado, y la oferta en cosméticos masculinos se ha multiplicado inmensamente, desde sus comienzos hasta nuestros días.
Las cifras hablan por sí mismas: hoy en día el 35% de los hombres utiliza cremas y productos hidratantes.
Ciertamente, y hablemos sin tapujos, una de las razones principales que a los hombres les echa para atrás el uso de maquillaje es que precisamente se les diga “maquillaje”. Este término está ligado, en nuestro inconsciente, a las mujeres, y para los disfraces del carnaval. Pero, es que el maquillaje masculino no tiene nada que ver con el de las mujeres, y tampoco quiere rivalizar con el de ellas.
Razones para maquillarse
Los productos de maquillaje masculino están diseñados para que no se noten. Por lo tanto son discretos, y se limitan a realzar los rasgos naturales de nuestro rostro, poniéndolos en valor o encubriéndolos si es necesario.
Estos productos no pretenden ser visibles. En realidad, tienen dos objetivos prioritarios:
– camuflar los signos de fatiga, las imperfecciones, y la falta de color en la piel.
– realzar los encantos personales: los ojos, la boca, o el rostro en general.
Debemos confesar que los hombres que se maquillan, al igual que los que utilizan cremas faciales, forman un grupo nada desdeñable en la población de cualquier país desarrollado. Y si esto es verdad, ¿dónde están, por qué no los vemos?
Los hombres que se maquillan
Esto no es ninguna novedad para nadie, pero todos los hombres que salen por televisión van maquillados: los periodistas, los actores, algunos políticos, y por supuesto los modelos.
No olvidemos que este maquillaje es necesario para las fotos de cierta calidad, porque la luz de los focos no perdona ni una sola de las imperfecciones de nuestra piel, y le da unos brillos que no son naturales. Por lo tanto, se deben contrarrestar sus efectos para que la foto sea lo más auténtica posible.
Autobronceado, otra forma de maquillaje
Si nos decantamos por esta forma para darle más color a nuestra piel, conviene saber que estos productos autobronceadores se deben aplicar después del afeitado, sobre el rostro, alrededor del cuello, sin olvidar las orejas.
La crema autobronceadora se debe aplicar uniformemente, evitando que toque la raíz del pelo y de las cejas. Una vez que hallamos terminado la aplicación, conviene lavarse bien las manos. Los resultados son visibles a partir de las dos horas de la aplicación, para los más rápidos, y de seis horas en función de cada producto.
¿Cuándo utilizar un autobronceador?
Lo normal es usarlo todos los días, hasta obtener el tono de piel deseado. Después, con una frecuencia de dos a tres días por semana, será suficiente para mantener el tono obtenido.
Al igual que la mayoría de los autobronceadores, estos productos son hidratantes, por lo tanto es inútil que nos echemos una crema por encima del autobronceador. Así pues, podemos ir alternando, con el autobronceador y nuestra crema hidratante habitual.
Si tenemos prisa por obtener un color de piel más oscuro, especialmente durante los meses de invierno, cuando es más difícil ver el sol, y no tenemos tiempo para un baño solar, se puede utilizar un polvo bronceador o un fluido para teñir la piel. En estos casos hablamos de nuevo de maquillaje.
En otra ocasión daremos más trucos sobre qué partes del rostro maquillar, y cómo hacerlo debidamente sin que se note.