En línea con la mirada inconformista, una nueva clase de hombres acaba de nacer: el lumbersexual, una especie de leñador de tipo seductor de los tiempos modernos.
¿Eres lumbersexual?
El lumbersexual trabaja en las nuevas tecnologías, pero parece salido directamente de los bosques: tiene barba, botas y una camisa de leñador. El «lumbersexual», armado con su estilo salvaje, ha sustituido al delicado metrosexual en el paisaje urbano.
«El metrosexual es ahora una especie en peligro de extinción, sustituido por hombres más interesados en la vida al aire libre que por la belleza “refinada”.
El lumbersexual o hipsterleñador
Este hipsterleñador esconde a un hombre urbano que trabaja en el sector de la tecnología por un salario cómodo. En su mochila, no hay un hacha de leñador, sino un MacBookAir.
Se acabó la era de los cortes ceñidos, de las figuras esbeltas, casi femeninas. Ahora vamos hacia cortes más amplios, con materias primas tales como la franela, el cuero vegetal, el ante.
Otros elementos del vestuario lumbersexual: los pantalones remangados que enseñan las pantorrilas en verano, la parka canadiense en invierno, los zapatos Timberland y camisas de cuadros, como ya ocurrió en la década de 1990.
Detrás de su aspecto descuidado, el lumbersexual es un hombre refinado: lleva barba, pelo engominado, amante de gustos culturales, le gusta cocinar en casa, y siempre en búsqueda de lo natural.
Heterosexuales que se apropian de códigos gays
Este aspecto de leñador varonil lo habían adoptado hace tiempo los homosexuales. Las imágenes del leñador existía desde hace mucho tiempo en el porno gay. La cultura ha digerido completamente la cultura gay, recuperando su código en el vestir.
El fenómeno ya ocurrió hace diez años con los metrosexuales, influenciados por David Beckham, que se interesaron por el cuidado del cuerpo, y comenzaron a comprar cremas y ropa de diseño, sin abandonar el gusto por las mujeres.
El lumbersexual ahora se inspira en el “oso”, nombre dado a los homosexuales con barba en la comunidad gay. El lumbersexual juega la carta de la virilidad y prefiere ir de camping a comprar en las tiendas Tom Ford, o Dolce & Gabbana.
El arte del lumbersexual consiste en dar la impresión de que no se preocupa por su forma de vestir.