No necesitamos a nadie que nos haga una crÃtica seria, puesto que nosotros somos los primeros en hablar mal de nosotros mismos. Pero, quizás haya llegado el momento de empezar a hablar bien de nosotros mismos, y poder recuperar la confianza y la autoestima en uno mismo.
La lista de defectos puede ser extensa, y se pueden añadir todos los defectos que queramos, pero normalmente, estos defectos que vemos en nosotros no son más que imperfecciones imaginativas. Este «defectismo» es más bien la expresión de la timidez, de una falta de seguridad, y no de una visión lúcida de uno mismo.
La imagen ideal de uno mismo
Nuestra vida está dominada por los medios de comunicación, particularmente la televisión, que nos impone una representación social idealizada: las imágenes de la pareja, de la familia, del éxito profesional, de los comportamientos amorosos, o simplemente del aspecto fÃsico, y esto es una red bien urdida de la que parece imposible librarse.
La persona que ha sido educada a través de una mirada positiva, se acepta con mayor facilidad, y suele estar poco afectada por los clichés de la moda. Pero, el que no ha aprendido a reconocer sus cualidades, se pasa el tiempo comparándose con lo que parece ser el modelo universal. Por lo tanto, sólo puede ver defectos.
Recuperar la autoestima
No buscar sistemáticamente un modelo con el que compararse.
Lanzarse en una aventura, como si el éxito estuviera de nuestra parte, sin temor al fracaso.
Aprender a desmarcarse de alguna persona a la que admiramos. Afirmando la personalidad, mostramos nuestros valores, y en una pareja esto es fundamental para su buena marcha.
Aceptar el fracaso: no ver en él una marca de la mediocridad, sino reconocer que se puede hacer mejor.
No excusarse en el caso de haber tenido éxito donde otros no lo consiguieron. El éxito, amoroso o profesional, no es fruto del azar, sino de las cualidades utilizadas correctamente.