El sol estival y la piel bronceada que le acompaña se reconocen como factores que ayudan a mantener el ánimo alto. Por eso conviene seguir una serie de consejos para vivir un verano en plena belleza y salud.
Preparar la piel
Para un bronceado exitoso, se debe preparar la piel para el sol. De sobra son conocidos los beneficios del té, a través del autobronceador O2T, una crema ideal para la cara que garantiza un efecto natural y una hidratación máxima.
Para el cuerpo, se debe optar por una crema autobronceadora: la de Clarins es adecuada, puesto que se consigue un resultado absolutamente natural.
Una vez que la piel está lista, ya podemos exponerla a los rayos del sol. No obstante, es de obligación para todos los tipos de piel, utilizar una buena protección. Si queréis obtener un buen tono de moreno, y no pareceros a un cangrejo recién cocido, es indispensable utilizar una buena crema solar. La crema protectora 30 de Heliabrine es una buena referencia, e incluso se puede optar por usar un Ãndice 50, si tenéis una piel demasiado frágil.
Gel, aceite o crema
Todos sabemos que aplicar una crema demasiado densa es difÃcil de absorber por la piel, y suele dejar un velo blanquecino nada estético. Además, para los velludos, la crema puede convertirse en un auténtico calvario. Si tenéis una piel grasa y que además tenéis bastante vello en el cuerpo, lo ideal es utilizar una textura fluida como protección solar.
Mantener el bronceado
Para conservar el moreno durante más tiempo, es bueno ofrecerse una sesión de hidratación tras la exposición al sol. Para ello, el after-sun Prolongador del Bronceado de Point Soleil, nutre y acentúa naturalmente el moreno de la piel. Biotherm presenta por su parte un cuidado calmante que contribuye a luchar contra el envejecimiento de la piel.