Los casos de dopaje en los juegos de la Commonwealth son el nuevo reto que la organización de unos juegos que ya levantaron polémica por la falta de orden y claridad en la organización, está salpicando aún más, a unos juegos que están perdiendo credibilidad y relevancia a pasos agigantados.
Si ya sorprendÃa la noticia de que 8 atletas indios habÃan dado positivo en unos controles antidoping anteriores al inicio de las competiciones, la noticia bomba explotaba justamente ayer, cuando se conocÃa el positivo de la campeona de los 100 metros, Osayemi Oludamola, por methylhexaneamina, una substancia dopante bastante popular en los añadidos alimentarios de los deportistas.
De hecho, esta carrera de los 100 metros trajo polémica por si misma, al descalificar a la que llegó primera, la australiana Sally Pearson, por una falsa salida, que provocó la ira de la delegación australiana.
Pues bien, hoy ha saltado a la luz un segundo caso de dopaje por la misma substancia, esta vez Samuel Okon, también nigeriano, que competÃa en los 110 metros, y que en conjunto, ha puesto los focos sobre la dieta y alimentación de la delegación nigeriana. Su delegado, se ha apresurado a desmentir estas acusaciones, y reclama contra-análisis inmediatos.
Sea como fuera, estos juegos ya se les ha denominado como «la vergüenza». A la poca asistencia de público, hay que sumarles los problemas grabes que se están viviendo con relación a la higiene en la supuesta villa olÃmpica, asà como los grabes errores en la organización de los juegos.
Los casos de dopaje tocan a una competición ya tocada, que ya asume su descredito en esta edición y espera a que lleguen tiempos mejores en la siguiente edición. Tampoco se descarta nuevos casos de positivos, ya que se están organizando algunos análisis extra ante las especulaciones de la prensa y de algunas delegaciones.