Estimular el estado de humor con la alimentación nunca ha sido tan fácil. Las nuevas investigaciones en materia de neurociencia y nutrición muestran que cambiando la alimentación, consumiendo triptófano, se puede estabilizar el estado de humor, mejorar la concentración, aumentar la salud del cerebro.

La alimentación no solamente influye en la salud y el bienestar, sino igualmente en las capacidades cognitivas. El triptófano es el nombre científico para designar los aminoácidos precursores de la serotonina y la dopamina, neurotransmisores esenciales para el cerebro que influyen de forma positiva en el comportamiento y el estado de humor.

La dieta de la felicidad

A esta forma de alimentarse le llamamos la dieta de la felicidad. Evidentemente, no se trata de comer zanahorias y brócoli crudo en todas las comidas, este régimen alimenticio incluye alimentos ricos en nutrientes como las vitaminas A, B12, D y E, y ácido fólico, yodo, magnesio, calcio, hierro, fibras, y Omega 3, los ácidos grasos de los elementos esenciales de la felicidad y del estado de humor.

Felicidad

La alimentación está directamente relacionada con tres campos de la función cerebral que crean la capacidad para la felicidad. El primer campo es la capacidad para concentrarse, reflexionar y planificar, más tarde les llamaremos los alimentos para el pensamiento. El segundo es la regulación emocional de los alimentos para el buen humor. Y el tercero son los alimentos que dan la posibilidad de controlar la ansiedad y el estrés, se trata de los alimentos para la energía.

Reglas alimenticias de la felicidad

Si se desea explotar el bienestar mental que provoca la dieta de la felicidad, conviene seguir estos consejos básicos.

Reducir la cantidad de productos alimenticios transformados que se comen. Una gran parte de ellos van cargados con azúcar, y mucho azúcar contribuye efectivamente a la contracción de zonas claves del cerebro implicadas en la regulación del estado de humor.

Comer más fruta, verduras y granos integrales

Los alimentos vegetales contienen minerales, vitaminas y fitonutrientes, que son sustancias que el cerebro necesita para un funcionamiento óptimo.

Optar por la carne producida con hierba

En comparación con la carne producida con granos, la carne producida a base de hierbas contiene más Omega 3, ácido graso que favorece la formación de nuevas conexiones cerebrales, las conexiones neuronales.

Variar la alimentación

Cuanto más amplia sea la gama de alimentos integrales que se consumen, mayor será el abanico de los elementos nutritivos que estimulan el cerebro y ofrecen mayor energía.

Alimentos para el pensamiento

Para empezar, debemos consumir cierta vitamina B12, crucial para las células nerviosas. Su carencia provoca irritabilidad, depresión y declive cognitivo.

Después, tenemos que añadir un poco de ácido fólico para los neurotransmisores, luego para una buena función de la tiroides, puesto que el hipotiroidismo conduce al letargo, al sobrepeso, y a la depresión. Diversos estudios muestran que un bajo nivel de vitamina D provoca depresión, demencia, y enfermedad de Parkinson. El alimento que tiene el mejor perfil es el huevo.

La mantequilla es la comida del cerebro. Existe una larga lista de elementos nutritivos que no están presentes en los aceites vegetales y otro tipo de margarinas anticolesterol. La mantequilla contiene vitamina A, que favorece la producción de dopamina, y las vitaminas D y B12.

La mantequilla producida por leche de vaca nutrida a base de hierbas todavía es más sana. Contiene Omega 3, los ácidos grasos que atenúan la inflamación y favorecen el crecimiento de nuevas conexiones cerebrales. Igualmente ofrece niveles más altos de ácido linoleico, que, combinado con otros elementos, aumenta el flujo sanguíneo hacia el cerebro, prolonga la vida de las células del cerebro, y contrarresta los efectos de la hormona del estrés. Cuanto más fresca es la hierba que la vaca come, más nutritivas será su leche y su mantequilla.