Los aceites vegetales son extraÃdos de muchas plantas. En realidad se obtienen por presión en frÃo o en caliente, o incluso por maceración. Ricos en antioxidantes y en vitaminas liposolubles (A, D, K, F) son beneficiosos para la piel, ayudando a combatir los signos del envejecimiento.
El aceite vegetal se utiliza en estado puro sobre la piel o el cabello, pero también es una excelente base para los aceites esenciales. Se trata pues de un producto de cuidados que reemplaza perfectamente a las cremas que suelen ser bastante caras y que se venden en perfumerÃas.
El aceite vegetal de albaricoque
Rico en vitamina A y E, este aceite da luz a la tez y es un excelente antiarrugas de primer orden. Mejora la microcirculación, la flexibilidad y la tonicidad de la piel del rostro, del escote y de las manos. También frena el envejecimiento cutáneo, y se utiliza frecuentemente como aceite de masaje.
El aceite de almendra dulce
Muy conocido por sus virtudes suavizantes y calmantes en pieles irritadas y agrietadas, el aceite vegetal de almendra dulce conviene a todo tipo de piel. También previene las estrÃas y calma los picores y las irritaciones. Al ser un aceite suave, es ideal para los masajes. Mezclado con una yema de hueva y el zumo de 1 limón, ofrece excelentes resultados como mascarilla capilar.
El aceite de argán
Este aceite es reparador y regenerador, y además previene el envejecimiento de la piel. Su fuerte poder antioxidante ofrece propiedades antiedad de primer orden. Se trata pues de un aceite de belleza por excelencia. Este aceite entra en la composición de muchos cosméticos caseros. Cabello y uñas se fortalecen con su aplicación. Asociándolo a un aceite esencial de rosa, es ideal para el tratamiento de las arrugas.
El aceite vegetal de borraja
Hidratante y revitalizante, el aceite de borraja está indicado cuando se quiere tratar una piel seca para que se vuelva más elástica. En mascarilla capilar favorece el crecimiento del pelo y trata las puntas abiertas.
El aceite vegetal de rosa mosqueta
Su poder cicatrizante hace de este aceite un producto indispensable para el tratamiento de cicatrices recientes o más antiguas. Su riqueza en vitamina F y ácidos grasos esenciales le permite calmar los problemas de piel como el eczema, la psoriasis, y las escaras.