El hombre ha levantado a través de los siglos monumentos de gran belleza y poderío en distintos puntos del mundo. Descubrir y tener la posibilidad de admirar alguna de las consideradas siete nuevas maravillas del mundo moderno representa para muchos un sueño que puede transformarse en realidad.
Así, el majestuoso Coliseo Romano, la Gran Muralla China, los bellos y antiguos conjuntos arqueológicos que se encuentra en Petra, el Taj Mahal, el Cristo Redentor de Río, Machu Picchu o Chichen Itzá, pueden convertirse en el punto de partida de unas vacaciones que de seguro se tornarán inolvidables.
Todas estas maravillas del mundo moderno han sido avaladas y reconocidas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
Estos lugares fueron seleccionados previamente en un “concurso internacional” que fue organizado por una firma privada en el año 2007.
Las mismas completan las clásicas y famosas denominadas Maravillas del Mundo Antiguo, como los Jardines Colgantes de Babilonia, el Templo de Artemisa de Éfeso, la Estatua de Zeus en Olimpia (Grecia), la Tumba del Rey Mausolo en Halicarnaso, el Faro de Alejandría (Egipto), el Coloso de Rodas (Grecia) y la Gran Pirámide egipcia de Giza.
Visitar por ejemplo, la antigua ciudad de Petra en Jordania, nos podrá frente al mayor yacimiento arqueológico perteneciente al antiguo reino nabateo, edificios que fascinan por estar realizados en la mismas piedras como los del Valle de la Aravá.
Por su parte la Gran Muralla China representa el poder del hombre en la construcción de una inacabable muralla que fuera reconstruida entre el siglo V antes de Cristo y el siglo XVI. Siendo su misión la de proteger la frontera norte del imperio oriental, con una extensión de mas de ocho mil kilómetros.
El Taj Mahal un majestuoso mausoleo construido totalmente en mármol situado en la ciudad india de Agra.
El Imperio Romano representó en la antigüedad una de las culturas con mayor poder y ese poderío tuvo su expresión máxima en el Coliseo, cuyo restos nos cuentan las sangrientas luchas de fieras y gladiadores.
En tanto que las ciudades precolombinas de Machu Picchu en Perú y Chichen Itzá en México nos remontan a culturas de una gran inteligencia puesta de manifiesta en la construcción de extraños laberintos en la selva.
Por último, el espectacular Cristo Redentor de Río de Janeiro, símbolo claro del amor y la fraternidad, que se encuentran plasmados en sus 38 metros de altura y 1145 toneladas de peso.