En este artículo hablaremos acerca de una de las lesiones más comunes en el mundo del atletismo. Se trata de las denominadas «fracturas por stress» que suelen traer a más de un deportista dolores y fuertes. Pero vayamos ya a la definición de «fracturas por stress»: se trata de “microtraumatismos” repetitivos en alguna zona ósea del deportista. De esta forma el hueso no logra recuperarse al daño que se le ha producido en forma crónica.
Las causas que llevan a este tipo de traumatismo varían de un caso a otro, pero generalmente en las mujeres se produce por los trastornos menstruales, una alimentación inadecuada y por las anomalías biomecánicas en el área de la pelvis. Asimismo el uso de calzado inadecuado, el aumento excesivo del entrenamiento, ya sea en su duración o intensidad, o el cambio en la periodicidad del mismo, pueden desencadenar en una fractura por stress.
El desarrollo de alguna competencia extenuante, para la que el deportista no está totalmente preparado, puede causar este tipo de patologías.
Es importante manejar con cuidado este tipo de traumatismos dado que pueden incluso llevar a complicaciones más graves como por ejemplo una fractura completa, que incluso puede requerir una cirugía abierta. Por lo tanto, el manejo es lo primordial en lo que al hallazgo de la causa o las causas se refiere, y encontrar según el caso los desecandenantes de la fractura por stress.
Finalmente, hay que tener en cuenta el reposo para este tipo de problemas, lo cual significa que se debe dejar de realizar el deporte o el entrenamiento que produjo la fractura por stress. Ten en cuenta que el tiempo de curación varía de 1 a 3 meses.
Recuerda que lo más importante es que se detecte el problema en los estadios iniciales para prevenir cualquier tipo de complicación que pueda dejar secuelas importantes en el deportista.