Una de las partes del cuerpo más delicadas y que más debemos proteger es, sin duda, la zona lumbar.
La zona lumbar, situada en la parte inferior de nuestra espalda conecta la zona superior del cuerpo con al inferior, y es una zona susceptiblemente alta de sufrir lesiones, por ser el lugar por donde doblamos el tronco.
Cada vez que nos agachamos para coger bolsas o cosas del suelo, la zona lumbar se estira y se contrae.
Por eso conviene tener la zona muy musculada con el fin de evitar que en uno de esos movimientos la zona se dañe y se inflame.
Además, no solo los movimientos de agacharnos afectan a la zona lumbar. Cuando corremos o incluso saltamos o andamos por una superficie dura, todos los rebotes de los pies se reflejan en esta zona, pudiendo provocarle daños.
Por lo general, suele ser una zona descuidada por su aparente insignificancia y sin embargo, es de una importancia vital para el desarrollo de nuestras actividades cotidianas.
Mientras que la zona superior de la espalda suele llevarse grandes dosis de ejercicios con el fin de ensanchar los dorsales, la zona lumbar queda desprotegida.
Además, otro de los elementos que más castigan a esa zona es, precisamente el exceso de peso.
Una barriga prominente sin un tejido abdominal que sustente el avance de la misma, hará que el propio peso de ella tire de la zona lumbar hacia delante, provocándole una tensión innecesaria y perjudicial.
Por eso es muy importante trabajar las zonas compensatorias como son la misma zona lumbar y los abdominales.
En casos extremos el desgaste de la zona o incluso los movimientos bruscos, pueden llegar a provocar las temidas protusiones o peor, las conocidas hernias discales.
Éstas se producen cuando el «gel» contenido en los discos que evitan el choque de las vértebras, rompe el tejido y se sale.
Aunque esta es una lesión de toda la espalda, la zona lumbar es especialmente sensible a este tipo de afectaciones y otras dolencias relacionadas como el lumbago.
Por tanto, no descuideis nunca la zona lumbar, ya que es clave para que podais seguir realizando vuestra vida cotidiana con normalidad.