El fitness funcional es una nueva corriente que día a día va poniéndose más de moda sobre todo en Europa.
Es una manera de realizar fitness que nace como una respuesta a la limitación de patrones, en lo que a movimientos se refiere, que presentan los ejercicios que se hacen en máquinas.
En los años noventa existía una tendencia muy popular a la realización de ejercicios, sólo utilizando máquinas. Esto trajo aparejado el hecho que muchas personas no obtenían los resultados que buscaban y otras sufrían lesiones a causa de la mala ejecución de las rutinas.
Debido a esto nace el fitness funcional cuya propuesta es la de hacer rutinas más convencionales con poleas, gomas y balones y pesas rusas, con el objetivo de ir preparando el cuerpo para la posterior ejecución de ejercicios con mayor complejidad.
La diferencia más notable entre fitness con máquinas y el funcional, se debe a que en el primero se entrenan los músculos y en el segundo un movimiento.
Este estilo de gimnasia se recomienda tanto para los deportistas como para personas mayores y mujeres embarazadas, ya que pueden ser adaptadas las rutinas según las necesidades de cada uno.
El fitness funcional se centra en los movimientos y se originó en la rehabilitación fisioterapéutica, dejando un poco de lado tanto los métodos tradicionales de entrenamiento en gimnasio como los aparatos. Siendo la diferencia mayor el hecho que el entrenador diseñará la rutina que más se adecue a cada caso de manera individual.
Todos los movimientos que se trabajan se basan en los que son básicos del cuerpo, como locomoción, rotación, empujar, tirar y cambios de nivel, siendo el eje principal del trabajo la parte central del cuerpo (el tronco), porque lo que se persigue es el fortalecimiento de esta zona.
Así, con la realización de movimientos en diversos planos se consigue un trabajo integral, ya que los músculos que se ejercitan más son “el transverso del abdomen, el diafragma, el suelo pélvico y los oblicuos internos”.
Con el fitness funcional se llega a mejorar la coordinación, el equilibrio y la actividad muscular, no pretendiéndose con esto reemplazar los entrenamientos tradicionales, sino como una forma de complemento de éstos, para lograr más versatilidad y agilidad.
Por otro lado, la medicina deportiva estimula a las personas mayores el reemplazar los ejercicios localizados por el fitness funcional, ya que permite una rápida recuperación en el caso de que se necesite rehabilitación y también porque ha dado pruebas de mejorar el desempeño en los atletas.
El fitness funcional se compone de ejercicios multi-direccionales que van desde el levantamiento de pesas livianas hasta actividades atléticas como saltar vallas, o patear una pelota de fútbol.
Para la realización de este estilo de fitness se ponen en práctica primero patrones de movimiento que muchas personas ya los realizan en su vida cotidiana, tratando de entrenar los movimientos y no los músculos.
Para considerar un ejercicio como funcional tienen que realizarse por lo menos tres movimiento multidireccionales y hacerlos con el cuidado necesario para evitar lesiones sobre todo durante las rotaciones.
Existe una marcada diferencia entre la realización de ejercicios funcionales que trabajan sobre varios ligamentos, como por ejemplo la acción de agacharse, a efectuar uno que active solamente un ligamento como sentarse en una máquina a levantar pesas. Los primeros ayudan a entrenar el equilibrio y las articulaciones, evitando lesiones por mala práctica.
Los ejercicios funcionales tienen varios movimientos que trabajan las articulaciones, o sea que son hechos en más de un sentido y así pueden trabajarse todos los ligamentos. El agacharse es un ejercicio funcional ya que se trabaja sobre diversos ligamentos que ponen en movimiento la cadera, rodillas y tobillos.
Con esta práctica se logra trabajar el cuerpo en su conjunto, a diferencia de los ejercicios localizados que trabajan los músculos de manera individual y además el hecho de realizar menor cantidad de ejercicios no significa que se entrene menos el cuerpo.
Los ejercicios funcionales entrenan el equilibrio, ya que toda la resistencia, fuerza y flexibilidad que se puede llegar a obtener con ellos difícilmente se logre si la persona no puede mantenerse de pie. Por ejemplo, un ejercicio que mejora tanto el equilibrio como la fuerza es el agacharse en una pierna sola, que además, puede ser de mucha mayor utilidad que levantar pesas en una máquina de ejercicios.
El fitness funcional es un tipo de entrenamiento ideal y aconsejable para personas adultas que busquen verse mejor, optimizar su coordinación y desarrollar fuerza que pueda utilizarse en todo tipo de ejercicios localizados.