La virilidad, la masculinidad es algo que no se adquiere, y las mujeres prefieren normalmente lo natural. Ciertos hombres se ven seducidos por la moda, pero ¿acaso el hábito hace al monje?
Hombre y virilidad
A excepción de una minorÃa de jóvenes que aceptan su androginia, véase la provocación voluntaria o indecisión en su propia búsqueda de identidad, la virilidad se encuentra en la cabeza de la mayorÃa de los hombres, asociada a la del macho, incluso cuando por moda, la androginia o la feminización se quiera resaltar para una temporada.
Y es que la masculinidad está muy condicionada por la esencia biológica del hombre. Más o menos consciente, esta percepción es idéntica a lo que la naturaleza impone a la especie animal, a la que pertenecemos, lo queramos o no.
La virilidad es una delicada mezcla de fuerza bruta, véase animal, y de poder sexual: cosa lógica y biológica.
Virilidad y apariencia
¿Quién ha dicho que un hombre viril no puede cambiar de aspecto? Con esta pregunta se funda la voluntad de hacer creer a los hombres que el parecer es importante y pasa necesariamente por los artificios del vestir y de la cosmética.
La gran confusión reside en que se piensa que un hombre que se cuida y que cuida su apariencia externa se aleja del prototipo de la virilidad socialmente bien entendida. ¿Acaso no se mezclan dos conceptos, virilidad y sex-symbol? ¿No se puede ser masculino y natural, y llevar una higiene perfecta, cuidando la propia apariencia externa?