Como sabemos el origen de las artes marciales es oriental, más específicamente de India y China, luego extendiéndose a Japón, Corea, Tailandia y otros países que fueron adoptando y adecuando los diferentes estilos y modalidades al bio-tipo de cada región, originándose así disciplinas como Kung- Fú en China, Karate y Jiu Jitsu en Japón Tae –Kwon- do en Corea, o Tai- box en Tailandia.
Estas diferentes escuelas se mantuvieron dentro de sus preceptos técnicos y filosóficos, casi de una manera religiosa y era impensable mezclar estilos en torneos o competencias hasta porque tampoco las había como tales.
Cada «casta» y cada «escuela» mantenían sus doctrinas que eran trasmitidas de generación en generación con una presición matemática a través de katas donde no se permitía la menor variación milimétrica de cada movimiento.
El tiempo pasó y la civilización occidental se fue apropiando de los conocimientos y técnicas de Oriente. A principios del siglo XIX todavía se mantenían las técnicas con alto grado de la pureza original pero progresivamente y con la disputa de torneos, comenzaron los “enfrentamientos” entre diferentes escuelas.
El siglo XIX fue así el período de adaptación de las Artes marciales al mundo occidental a través de inmigrantes que llegaban a América por el Océano Pacífico y a Europa a través de Asia Menor.
Comenzaron las llamadas escuelas occidentales, donde por ejemplo se mezclaban técnicas de artes marciales con las del box inglés, dando origen al kick-boxing en Estados Unidos y a partir de ahí las mezclas de estilos no cesaron.
Otro caso característico es el Jet-kune-do de Bruce Lee que mezcla Judo, esgrima, box chino y Whu-Shú (un tipo de Kung Fú).
El propio Ju- Jitsu también tuvo sus variantes, dando origen al Jiu-Jitsu Brasilero de la escuela Gracie que daría origen al Vale Todo, hoy más conocido como M.M.A. (mixed martial arts).
En cuanto al aspecto filosófico de las artes marciales ¿Que ocurrió en Occidente?
Lamentablemente este aspecto fue el más perjudicado, ya que Occidente se preocupó por demostrar quién era mejor y tenía más supremacía sobre el otro.
Esto generó que el mundo occidental vea, sienta y viva las artes marciales como un deporte más, donde el aspecto competitivo prevalece sobre la filosofía.
Pero esa razón no les preocupa a los orientales, que a pesar de la globalización, de internet y de toda la tecnología que hace este planeta cada vez más uniforme y de menor tamaño, ya que Oriente guarda la verdadera esencia de las artes marciales como su patrimonio más precioso de manera inalterable.
Esta esencia y estas raíces pertenecen a una cultura muy superior a la de Occidente. No por acaso Oriente es el origen de la civilización y la verdadera génesis del arte de la vida.