El cuerpo humano está formado por dos aspectos: el aspecto físico, y el aspecto psíquico/mental. Ambos son complementarios y dependientes el uno del otro para el buen funcionamiento de nuestro sistema corporal. Por esta razón, es muy importante concederle algo de tiempo a nuestro bienestar interior.
El funcionamiento del nuestro cuerpo está regido por tres grandes sistemas principales, dispuestos en triángulo. En la cabeza se encuentra el sistema nervioso (SN); en la base están los sistemas endocrinos (SE), e inmunitario (SI). Finalmente, en el medio del triángulo aparece el sistema digestivo (SG). Por encima de la punta se encuentran los directores de orquesta: estas son nuestras emociones, es decir nuestro estado de ánimo.
Esta triada principal, SN-SE-SI, está entrelazada, como nuestro sistema físico y psíquico: toda acción sobre uno de estos sistemas, buena o mala, tendrá forzosamente una repercusión en el otro. Por lo tanto se puede comprender que nuestro estado de espíritu influencie directamente nuestra sensibilidad frente a los acontecimientos, reacciones, regulación de hormonas, libido, digestión, estado de humor, protección contra las enfermedades…
En la sociedad actual, nuestros nervios (SN) están siempre en estado de urgencia, de supervivencia, puesto que siempre nos encontramos solicitados, ocupados, estresados. Solamente en algunas ocasiones dedicamos algo de tiempo para tranquilizar la cabeza, y relajarnos. Este estado de espíritu de mucho estrés es una fuente de muchas patologías cardiovasculares, puesto que son nuestras venas y arterias las que se contraen continuamente.
Se trata pues de una de las principales causas de la hipertensión. Por eso, para una correcta progresión en el plano físico, de vuestros rendimientos y de vuestra salud, es indispensable preservar vuestra salud psíquica.
Un minuto al día para conservar la forma
Ciertamente existen diferentes ejercicios físicos para moldear vuestro aspecto estético. Sin embargo, también existen ejercicios para mejorar la condición psíquica. El más sencillo y rápido de ejecutar (1 vez al día durante un minuto): respirar conscientemente, inspirando suavemente y profundamente por la nariz, inflando al máximo el vientre, y luego expulsando el aire de forma natural por la boca, hasta el último hálito.
Este ejercicio de un minuto de duración al día os ayudará a relajaros. Con este ejercicio se logra actuar eficazmente sobre todo el sistema que está en actividad continua en vuestro interior. De aquí se sigue una mejora del estado general del bienestar. Además, los resultados son mejores si lleváis una correcta higiene de vida, y hacéis deporte regularmente.