No es desvelar ningún secreto si afirmamos que los regÃmenes milagro proliferan hoy en dÃa. Cada método tiene su grupo de seguidores, encabezado por un especialista emblemático que dice poseer el secreto para la pérdida de peso.
La cosa se ha complicado tanto que resulta muy complicado conocer la fórmula que mejor se adapta a nuestro ritmo de vida y sobre todo a nuestro metabolismo.
La mayorÃa de estos regÃmenes milagros juegan con nuestra salud, trastocando nuestros hábitos alimenticios, a veces de manera aberrante, creando carencias muy significativas. Las consecuencias pueden llegar a ser graves.
Adelgazar
La cuestión puede ser anodina, pero los publicistas conocen los matices y los explotan sin escrúpulos. Todo el mundo sabe que el músculo pesa más que la grasa. Si vuestro objetivo es el de ver desaparecer algunos kilos en la báscula de casa, eso significa que queréis adelgazar.
Si solamente queremos bajar alguna talla para que los pantalones no nos aprieten, entonces lo que buscamos, no es adelgazar, sino perder volumen.
El régimen
Con el régimen pretendemos eliminar el excedente recuperado durante las vacaciones. Esto en sà mismo es bueno. Con un poco de cuidado, y en pocas semanas, el asunto quedará zanjado. Si por el contrario queremos perder peso de manera permanente, la cuestión es más difÃcil.
La única y verdadera respuesta pasa, necesariamente, por un cambio radical en nuestros hábitos alimenticios. Pensad bien que un régimen, limitado en el tiempo, no puede darnos más que un empujón, pero no solucionar el asunto de manera radical.
Haciendo un régimen puntual durante unas pocas semanas no nos dará el pasaporte para comer todo lo que nos apetezca el resto de nuestra vida.
Probando diferentes regÃmenes, hasta encontrar el que más nos convenga, lo único que conseguiremos será trastocar nuestros hábitos alimenticios, y poner patas arriba nuestro organismo. Realmente es muy complicado llevar una vida sana en estas condiciones.
Lo ideal es ponerse en manos de un especialista que haga un seguimiento regular del régimen que previamente nos habrá indicado, como el más conveniente para nuestro metabolismo, asà como la duración del mismo.